‘MasterChef’ es el programa líder de la televisión. A pesar de las numerosas críticas por su excesiva duración o las polémicas con algunos concursantes, el formato anota resultados de audiencia estables y ya anota su undécima edición de anónimos en 10 años, más la de famosos, abuelos y niños. Casi treinta ediciones a sus espaldas.
Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera se han convertido en los absolutos protagonistas de la historia. En 2013 ya tenían una larga carrera en cocinas, sin embargo su popularidad llegó con la emisión del programa. Desde entonces, a pesar de todos sus compromisos y de la exigencia de las grabaciones, se han mantenido al frente del formato.
El chef más veterano está al mando de ‘El Bohío’, en su querida Illescas, poseedor de una estrella Michelin. Toda su brillante carrera es fruto de su esfuerzo, pero también del apoyo de las personas que están detrás de él, como su familia, especialmente su mujer, una persona totalmente desconocida, y sus hijos. El chef está casado con Mariví Fernández. Siempre ha apoyado la carrera televisiva del cocinero, pero en un discreto segundo plano.
Sus hijos son sus mayores jueces
El toledano se pasa los siete días de la semana con el delantal puesto, por ello el mes de agosto es sagrado y cierra el restaurante y todos sus compromisos. Su compañera de vida “lo entiende, no le queda otra”, pero eso no quita que “la procesión vaya por dentro”. Mariví es, en palabras de Pepe, una persona “maravillosa” que no comparte su pasión por los fogones. “Me gusta cocinar para los míos. Primero porque mi mujer cocina lo justo y me gusta comer bien. No soporto que lo haga ella, prefiero hacerlo yo. Así sé que los demás lo van a disfrutar”, confiesa.
Los más exigentes son sus tres hijos. No les gusta que aparezca en televisión, pero lo han normalizado. “Estaba escuchando el programa de Gila y hablaban varios cómicos que decían que sus hijos eran los primeros que les criticaban en casa. ‘Papá, pero si tú no tienes gracia’. En mi casa, lo mismo. Me dicen que no sé lo que ve la gente en la tele, que no les hace ni gracia. Es normal”, comprende su postura. Y es que en el colegio “les atacan mucho” por ser los ‘hijos de’ y “unos los han llevado peor y otros mejor”, pero “no se puede tener todo en la vida”.