Es de sobra conocido que MasterChef puede presumir de ser uno de los problemas de más éxito en los últimos tiempos en la televisión de nuestro país. Y es que el concurso de cocina, que cuenta con diferentes ediciones, suele ser un fijo en la parrilla de Televisión Española.
Eso sí, a diferencia de lo que ocurría hace ya muchos años, cuando todo lo que ocurría fuera de cámara con este tipo de programas apenas se conocía como hoy en día las redes sociales ofrecen mucha información de lo que pasa tanto durante el programa como sobre todo antes de las grabaciones, algo que precisamente no gusta mucho a las productoras de este tipo de shows.
Un buen ejemplo de ello es lo que explicó recientemente una mujer que acudió al casting que se celebró hace ya muchos meses para seleccionar a los candidatos que iban a participar la última edición de este programa.
El fraude de MasterChef
Más allá de que esta mujer diera detalles como por ejemplo el hecho de que tuvieron que volver a grabar varias tomas por qué Jordi cruz, uno de los miembros del jurado, había perdido el avión y por lo tanto no había podido estar en las primeras tomas, seguramente lo que más llama la atención es lo que explica alrededor del proceso de selección de los participantes.
“Dieron la señal y procedimos a emplatar los platos. Llevé un tocino de cielo, receta de mi bisabuela. (...) Trajeron a un grupo de catadores para que hicieran de jurado, pero ya os digo yo que eso era puro show. Iban haciendo algunas entrevistas, pero iban directos a aquellas personas que ya sabían que iban a coger”, apunta.
Y va más allá: “Al cabo de las horas, llegaron para entregar las cucharas. Estaba decidido desde antes de ir al casting. Más personas y yo pudimos ver como daban cucharas a gente que habían rechazado su plato, incluso algunos que no se habían presentado ese día al casting”.
Si bien es cierto que el programa sigue teniendo mucha audiencia, y que la mayoría de los que lo ven no es que se queden precisamente muy preocupados ante revelaciones de este tipo, no deja de ser evidente que, ante todo, es un programa de televisión, con lo que todo ello conlleva.