El éxito del programa "Gran Hermano" ha sido indiscutible a lo largo de los años. La primera edición del programa, presentada por Mercedes Milà en el año 2000, se convirtió en un fenómeno de masas que marcó un antes y un después en la televisión española. Los participantes de aquella primera edición se convirtieron en auténticas estrellas de la noche a la mañana, y entre ellos destacó María José Galera, una joven andaluza que se convirtió en la primera expulsada de la historia del programa, provocando la ya famosa y célebre frase “quien me pone la pierna encima para que no levante cabeza” pronunciada por Jorge Berrocal, con quien mantuvo un romance dentro de la casa de Guadalix y durante un año cuando estuvieron fuera.
María José Galera fue un personaje muy querido por los espectadores del reality show de Telecinco. Sin embargo, su vida después de la fama no fue fácil. Después de haber ganado mucho dinero en el concurso, se arruinó y tuvo que ir a la cola del paro.
Poca suerte para María José Galera después de Gran Hermano
Según algunos medios, María José habría pactado con la organización de Gran Hermano su expulsión, debido a que la revista Interviú tenía información comprometedoras de su pasado que estaba dispuesta a sacar a la luz. Al parecer, su compañera de piso había filtrado que María José había ejercido la prostitución en anuncios clasificados para recaudar dinero para el tratamiento que necesitaba su hija Estefanía con parálisis cerebral, que falleció a los 17 años.
Después de salir de Gran Hermano, María José invirtió todo su dinero en un negocio de pádel en México. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaba y acabó arruinándose. Finalmente, se vio obligada a trabajar como limpiadora para poder sobrevivir.
Actualmente es vigilante de seguridad en eventos musicales
En la actualidad, María José trabaja como guardia de seguridad en conciertos y aspira a convertirse en escolta privada. A pesar de que su vida no ha sido fácil, asegura que este trabajo le ha devuelto las ganas de vivir y de hacer cosas. "Estoy feliz y realizada personalmente. En el trabajo estoy creciendo. He vuelto a vivir", declaró en una entrevista.
El caso de María José Galera es un ejemplo de cómo la fama y el éxito pueden ser efímeros, y cómo hay que ser precavidos en la gestión de nuestras finanzas. Aunque en su momento ganó mucho dinero, no supo administrarlo adecuadamente y acabó arruinándose.