El mundo de la alta cocina conlleva muchas dificultades, que los nombres más reconocidos de la industria gastronómica sean capaces de satisfacer hasta al paladar más exigente es una tarea titánica, no es un logro a la altura de cualquiera, y como en otros ámbitos, en la cocina se premia la habilidad con prestigio en diferentes formas, como pueden serlo las estrellas Michelin, por ejemplo, un galardón exclusivo para la élite de los chefs, y a pesar de hay chefs como Gordon Ramsay, que presume de haber recibido un total de 17 estrellas Michelin, de las que mantiene siete hoy día, la verdad es que solo tener una ya es un logro que no está al alcance de cualquiera.
El prestigio no se recompensa con dinero en la cocina
A diferencia de otros campos y sus respectivos reconocimientos, como por ejemplo, un premio Nobel, una estrella Michelin no viene acompañada de ningún incentivo económico, solamente el renombre y que la gente sepa que el chef que recibió la estrella es alguien que sabe lo que hace, sin embargo, hasta los chefs con dicho mérito se la han visto muy mal a la hora de salir adelante en sus negocios, para ejemplos, tenemos a Dani García, quien además el año pasado pasó por el plató de El Hormiguero y conversó con Pablo Motos sobre las dificultades de su negocio.
Dani García le comentó a Pablo Motos que a veces le costaba llegar a fin de mes, y no es algo que sus estrellas Michelin resolvieran mágicamente, sino que al contrario, el chef tuvo que hacer sacrificios según la situación para sacar adelante su negocio, ya que como dijo Dani García, “no porque tengas más reconocimiento o estrellas hay una parte económica detrás, que no tiene por qué darte dinero”, además especificó que pasó más de un año sin auto ya que sus ganancias no se lo permitían, “Hubo un año y medio o dos en el que no tenía ni coche porque no llegábamos”.
Dani García cierra su restaurante por la enorme inversión de tiempo que conllevaba
Cuando el chef fue condecorado con su tercer estrella Michelin, este sabía que sería la señal para abandonar la cocina, o mejor dicho, el renombre que le había otorgado, pues lamentablemente, la gente que iba a su restaurante, no iba a probar su gastronomía, iba a verlo a él, querían encontrarse con el chef de las tres estrellas Michelin, y esto es algo que a Dani García le tenía cansado ya, vivía una rutina en la que llegaba a su hogar a las dos de la mañana, como confesó él mismo en una entrevista al medio 10 Minutos: ”me aburría el mundo de la alta cocina. Yo tenía un objetivo concreto, crecer en el mundo. Y eso era incompatible con lo que hacía. Llevaba 25 años llegando a las dos de la madrugada a mi casa; ahora tengo tiempo para estar con mi familia, mi mujer, mi madre, mis hijas…”.