Hay un chef al que todo el mundo conoce y no precisamente por sus platos. Una persona que estuvo al lado de Jordi Cruz y que hoy en día no deja de ir a terapia por su terrible adicción a las drogas: Raül Balam Ruscalleda. Este hombre fue reconocido por su talento en la cocina e incluso llegó a estar cerca de Jordi Cruz en más de una ocasión, pero este éxito profesional no evitó que el chef pudiera caer en la desgracia.
Este se volvió fuertemente adicto a las drogas y, según lo que llegó a relatar el chef, lo hacía porque tenía que hacerlo, no porque quería. Había llegado a un punto en el que no sentía placer, pero no podía estar sin droga en su cuerpo. “La ausencia de las drogas es a veces mucho peor cuando eres adicto. Tu cuerpo lo manifiesta con mala leche, con gritos” contaba, dando a entender que este no podía estar sin los efectos de drogas en su cuerpo.
Sus padres, Carme Ruscalleda y Toni Balam, sabían muy bien de la situación de su hijo, pero no podían hacer nada para ayudarle. La actitud de Raül Balam siempre era negativa y solía mantener a raya a sus padres tan solo con un gesto o una mirada. La droga acabó con la vida del chef.
Hay que caer para levantarse más fuerte
Raül Balam sabe que será adicto toda su vida. Es algo que no puede cambiar, pero lo que sí puede es controlar su adicción, lo cual él llama “enfermedad”. Actualmente va a terapia y lleva 10 años sin consumir droga, todo un récord para una persona que se considera un adicto sin remedio. Le ha costado, sí, pero también ha dicho que no le gustaría ver su vida del todo arruinada mientras duerme a los pies de un cajero automático.
En 2013 fue cuando tocó fondo, pero pudo salir de ahí y comenzó a ir a terapia. Lo que antes eran malos hábitos ahora están siendo reemplazados por buenos. Las adicciones a la droga se están convirtiendo en adicciones por su trabajo y su familia. Actualmente vive sin drogarse y es un récord que quiere mantener. Su trabajo es algo importante y le pone vida a cada uno de sus platos, algo que muy pocos chefs suelen hacer con tanta originalidad.
En el mundo de la cocina le consideran una persona dedicada y con corazón, además de que no deja de andar de proyecto en proyecto para saciar su sed profesional. Sus relaciones interpersonales también han mejorado, y, a pesar de que está solo, está rodeado con personas que le hacen bien.
De la misma manera, ha hablado abiertamente de sus adicciones y algo que dice es que será adicto durante toda la vida. No lo considera una adicción, sino una enfermedad en su caso. Dice que es crónica y que tendrá que vivir con ella durante toda la vida. Raül Balam forma parte de esos profesionales que han arruinado sus vidas por las drogas.