La reina de corazones es una mujer conocida por ser implacable con sus relaciones. Bastante curioso resulta que al menos públicamente no sepamos de novedades en cuanto a su vida amorosa desde que se separó del escritor Mario Vargas Llosa, además de que es lo inverso a su hija Tamara Falcó, quien se reconcilió e incluso se casó, siendo dos realidades muy diferentes de dos mujeres que en realidad se parecen mucho, cosa que el tiempo nos ha demostrado.
La materialidad es una característica visible en las Preysler. Tanto Isabel Preysler como su hija han sido más de una vez cuestionadas por diferentes acciones y actitudes que no las dejan bien paradas. Antes de que se concretara la boda se les acusó de montar todo solo para cobrar una exclusiva y luego proceder al divorco y cobrarlo igual, el tiempo aún no avanza tanto como para saber esto, pero no es lo único que deja ver cómo son la reina de corazones y su hija en realidad.
Operaciones estéticas a montones, cientos de miles de euros entre las dos
No hay ningún problema en que una persona se de algunos retoques estéticos en alguna parte del cuerpo mediante cirugía plástica, pero más de uno consideraría el caso de Tamara Falcó y su madre como “excesivo”, pues no pocas veces se han mencionado sus retoques estéticos, especialmente en la cara, donde Isabel Preysler se sometió a una rinoplastia y Tamara Falcó le siguió de cerca, haciéndose el mismo procedimiento y gastando una cantidad de dinero considerable.
Solo hablando de Isabel Preysler, se calcula que ha invertido en cirugías estéticas la cantidad de 60.000 a 90.000 euros, donde solo su naríz se habría llevado más de 20.000 euros luego de haberse sometido no a una ni dos, sino tres rinoplastias. El resto de la cara no es natural ni de lejos, pues ha pasado por liftings faciales de 8.000 euros cada uno, un aumento de pómulos valorado en unos 5.000 euros, y unos 11.000 euros que se gastó en un blanqueamiento y arreglo de sus dientes. Todo esto según el doctor José Manuel Gómez Villar.
Tamara Falcó sigue de cerca los pasos de su madre
Así como el aspecto de Isabel Preysler ha cambiado mucho, su hija no se queda atrás y no tiene mucho que ver con ropa o maquillaje sino que más allá de tocarse la nariz también habría gastado dinero en otros procedimientos con la intención de aprovechar tratamientos similares a los que se sometió su madre. Se le preguntó a la doctora Elena Moreno Luna para que pusiera un poco más de luz sobre el asunto, y empezó teorizando que la ahora esposa de Íñigo Onieva podría haberse sometido a tratamientos de luz pulsada en cara, escote y cuello.
Menciona también la antinatural ausencia de arrugas en la cara de Tamara Falcó, asegurando que para estos resultados la marquesa de Griñón se realizó tratamientos con toxina botulínica.