La vida de Tamara Falcó ha visto un regreso que el año pasado muchos habrían tachado de imposible después de que su actual esposo Iñigo Onieva fuera atrapado in fraganti besándose con otra mujer y no precisamente en las mejillas. La relación se dio por condenada y así fue durante meses, se bloquearon en redes sociales y como es de esperar no habían comunicaciones de ningún lado.
El tiempo ha pasado y ya todos conocemos la historia, pues volvieron a inicios de año, y de ese punto en adelante sabíamos que se casarían durante el verano. La verdadera duda era si la pareja llegaría a la fecha del compromiso o se separarían por otra de las aventuras del empresario. Aún después de casarse se le tacha a Íñigo Onieva de infiel y algunos siguen esperando a que se sepa que le fue infiel otra vez a Tamara Falcó, aunque esta vez dentro del matrimonio.
La paternidad se le resiste a la marquesa de Griñón, tendrá que esperar un poco
Desde antes de formalizar el compromiso la pareja había hablado sobre sus metas conjuntas: el tener un restaurante en Madrid y formar una familia numerosa. Lo primero es cuestión de tiempo pero los hijos son algo que Íñigo Onieva y Tamara Falcó hubieran empezado a concebir desde la luna de miel, cosa que no pudo ser por motivos mayores a su voluntad.
Como ya supimos, después de su boda, la pareja se fue de viaje a Sudáfrica por motivo de su luna de miel, un destino el cual requería de ciertas medidas preventivas para evitar que pudiesen adquirir alguna enfermedad o parásito durante su estancia allí. Entre algunas, han tenido que administrarse la vacuna contra la Hepatitis A y la prevención antimalárica, y esta requirió ingerir una dosis diaria de Malarone aún pasada una semana después de regresar de su viaje, principalmente porque uno de sus lugares por visitar era el Parque Nacional Kruger.
La mezcla de medicamentos se convierte en un riesgo para el embarazo
La pareja se toma su salud muy en serio, pero por esto mismo deben abstenerse de la idea de iniciar con sus planes familiares al menos durante los siguientes tres meses. Esto se debe a que de embarazarse ahora la salud del feto y de Tamara Falcó pueden verse comprometidas y convertirse incluso en un riesgo, por lo que la mejor decisión es esperar los tres meses que les recomiendan los médicos.
Esta decisión parte precisamente no solo de las vacunas y medicamentos que han tenido que aplicarse sino por la mezcla de los medicamentos y cómo estos interactúan con el cuerpo y un posible feto, el cual es más propenso a sufrir malformaciones o problemas de crecimiento mientras las vacunas aún hacen efecto, lo cual acaba en los 90 días de espera preventiva. Después de esto finalmente Íñigo Onieva y Tamara Falcó podrán ponerse manos a la obra con su tan ansiada familia numerosa.