Después de una serie de contratiempos antes de su boda, que incluyeron dramas de infidelidad, problemas con el vestido, cambios de fecha e incluso un robo de joyas en plena autopista, Tamara Falcó e Íñigo Onieva finalmente celebraron su matrimonio.
Sin embargo, la boda no marcó el final de sus aventuras. Después de sellar su compromiso, partieron de luna de miel hacia África, donde disfrutaron de la vida salvaje y los románticos atardeceres. Compartieron en redes sociales fotos de complicidad y paisajes espectaculares en Sudáfrica y Zambia, incluyendo Ciudad del Cabo y las majestuosas cataratas Victoria.
Después de su experiencia africana, decidieron emprender otro viaje, esta vez a París. Tamara Falcó publicó una foto desayunando en albornoz en la terraza de un lujoso hotel en el corazón de la Ciudad de la Luz.
Pero su periplo no terminó ahí. Luego se dirigieron a Sotogrande, la famosa urbanización de lujo en Cádiz, donde se reunieron con amigos y familiares para disfrutar de días de playa y diversión.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva, el matrimonio no es tan perfecto
A pesar de las expectativas de que la pareja, recién casada, comenzara a vivir junta en Madrid, esto no ha sucedido. En noviembre de 2020, Tamara Falcó adquirió un ático justo al lado de la casa de su madre, que tras una reforma completa está listo para habitar. Sin embargo, sorprendentemente, Íñigo y Tamara siguen durmiendo por separado.
La confirmación de esta situación provino recientemente de Isabel Preysler, la madre de Tamara, quien en declaraciones a los periodistas a la salida del Teatro Real, confirmó que su hija seguía viviendo en su casa.
Ahora surge la pregunta de cuándo empezarán a planificar la llegada de un hijo. Se sabe que tener un hijo es uno de los mayores deseos de Tamara, e incluso se sometió a un tratamiento de fertilidad para ampliar la familia, el cual tuvo que interrumpir debido a las vacunas requeridas para su viaje a África.