No es que sea precisamente ningún secreto que Tamara Falcó es una mujer muy religiosa. Así, como no podía ser de otra manera, su reciente boda con Íñigo Onieva ha sido una boda religiosa. En este sentido, tampoco es que sea precisamente ningún secreto que una de las grandes ilusiones que tiene la hija de Isabel Preysler es la de formar una familia con su marido.
“Para cuando Dios quiera y ojalá quiera. Ya estamos abiertos, sí. Creo que para después del viaje de novios...", ha apuntado sobre el tema en una reciente entrevista. Es más, ha sido la propia cámara la que no ha tenido ningún problema a la hora de explicar que hace meses que está recibiendo ayuda externa para quedarse embarazada.
“Desde hace varios meses estoy con un método natural que se llama Fertilitas. Me lo comentó una amiga y es un método para medir tu cuerpo y asegurarte de que está bien”, apuntó, asegurando también que “Me estoy casando con 41... Claro que me preocupa el reloj biológico. Pero también confío mucho en Dios, y si quiere que tenga hijos, los tendré”.
Las vacunas, un problema para Tamara Falcó
Este sentido, apuntan desde el entorno de la hija de números principales planes que tenía encima de la mesa tomada era el de quedarse embarazada durante su luna de miel.
El problema en este caso es que, como ha apuntado Leticia Requejo en El programa de Ana Rosa, el hecho de que Tamara tuviera que vacunarse para su viaje de novios a Sudáfrica provoca que, según la recomendación de los médicos, deben esperar al menos unos cuantos meses antes de intentar quedarse embarazada.
Evidentemente se trata de medidas de precaución para evitar complicaciones que puedan poner en riesgo tanto la salud de Tamara como la del futuro bebé. Así, no sería de extrañar que, por mucho que Tamara y Íñigo tengan muchas ganas de ser padres cuanto antes, su primer hijo tardara un poco en llegar.