La belleza de Megan Fox siempre ha sido objeto de admiración y especulación. Sin embargo, la actriz ha decidido romper el silencio y compartir abiertamente los detalles de los procedimientos estéticos a los que se ha sometido a lo largo de los años. Además, ha revelado un peculiar ritual que exige a sus cirujanos antes de cada operación.
En una conversación franca en el podcast de Alexandra Cooper, ‘Call Her Daddy’, Megan Fox reveló detalles íntimos sobre su viaje a través de la cirugía estética. Desde su primera cirugía de aumento de pecho a los 21 o 22 años hasta las posteriores correcciones después de la lactancia materna, Fox ha optado por procedimientos que la han ayudado a sentirse más segura consigo misma. "Me operé los pechos por primera vez cuando tenía 21 o 22 años", reveló, explicando que pasó por el mismo procedimiento en dos ocasiones más. "Los hice rehacer cuando terminé de amamantar a mis hijos, porque no sé a dónde fueron, pero se fueron. Luego tuve que reconstruir otra vez, porque en la primera operación no tenía suficiente grasa corporal y se veía la ondulación del implante, por lo que tuve que cambiarlos".

Además de los implantes mamarios, Fox admitió haberse sometido a una rinoplastia en su juventud. Sin embargo, enfatizó que desde entonces no ha vuelto a intervenir en su nariz. Lo que sí confirmó es haber probado tratamientos inyectables como Bótox o rellenos con ácido hialurónico, lo cual la hace sentir más cómoda y segura. Y es que, a pesar de las apariencias, admitió que no le gusta la idea de volver a pasar por el quirófano debido a su "miedo" a morir estando bajo anestesia general.
Supersticiones y protocolos antes de la cirugía
"No me gusta la cirugía. Mi cuerpo no reacciona bien a la anestesia general", admitió, confesando tener un "protocolo", muy supersticioso, para sus cirugías programadas. "Todos mis médicos tienen que reunirse conmigo antes y tienen que decirme si han visto algún presagio, si vieron algún búho, cuervo, si cualquiera ha pisado una araña... Cualquier augurio de mala suerte. No me lo tomo a la ligera, no me he sometido a muchas por esas cosas. Sé que probablemente es bueno que tenga esta paranoia, porque Dios sabe qué sería de mí ahora".

Además, la actriz se encarga de preparar una lista de reproducción musical para sus cirujanos, asegurándose de que el ambiente sea tranquilo y positivo durante la operación. Para ella, es crucial evitar canciones que pudieran recordarles a ex parejas, ya que prefiere que estén tranquilos y felices durante el procedimiento. "Si has tenido algún problema con tu mujer, no vengas a operarme", enfatizó. Fox es muy consciente de la importancia del estado de ánimo de sus médicos y prefiere eliminar cualquier distracción o tensión que pueda surgir de conflictos personales.
Desafiando el estigma de la cirugía estética
A pesar de su honestidad sobre sus procedimientos estéticos, Megan Fox reconoce que enfrenta críticas constantes en las redes sociales. La actriz lamenta el estigma que rodea a la cirugía estética y se siente afectada por los comentarios negativos, especialmente aquellos provenientes de otras mujeres. Sin embargo, Fox sigue comprometida con su autenticidad y su búsqueda de la autoaceptación, independientemente de la percepción externa.