En 1979 llegó a las salas de cine Mad Max, una cinta de acción distópica que dirigió George Miller y protagonizó un desconocido Mel Gibson. No había forma de saber que la película iba a dar pie a una de las sagas más populares de la industria cinematográfica, con una temática postapocalíptica que despertaría el interés de muchos productores y guionistas. Se trata, entonces, de una de las películas más icónicas y lo mejor es que este 2024 vuelve a los cines. Un dato curioso es que Gibson aceptó un salario reducido sin saber el prometedor futuro de la franquicia.
Mad Max está ambientada en Australia, dentro de una línea temporal “futurista” con respecto a la época en la que se estrenó. Hipotéticamente, podría estar situada entre los años 80 o 90. Presenta un panorama distópico, en el que la sociedad atraviesa una dura escasez de recursos y apenas interviene la figura del Estado, por ende, la delincuencia ejerce un gran poder. Son unos pocos oficiales, conocidos como la Patrulla de la Fuerza Central, los que intentan mantener el orden. Mel Gibson interpreta a Max Rockatansky, un joven oficial que pierde la fe en la justicia cuando asesinan a sus familiares.
El fenómeno de este largometraje ha vuelto a ser recordado por el estreno de Furiosa, la precuela de Mad Max: Furia en la Carretera. Después de 40 años de la primera entrega, Miller vuelve a apostar por un gran elenco para recrear otra historia que sacudirá a los espectadores. En la película original, el actor australiano tenía 23 años y se dejó seducir por su primer gran trabajo. Te contamos más.
El irrisorio cobro de Mel Gibson por hacer Mad Max
La participación de Gibson fue casual, dado que en ese entonces no era un actor de renombre ni remotamente conocido. Así que ganó 15 000 dólares (13 000 euros, aproximadamente) por protagonizar la película. Lo que sucedió fue que se presentó al casting como un aspirante cualquiera y justo antes se peleó en un bar con un amigo que también estaba haciendo el casting. A raíz de esta disputa, quedó con un golpe en la cara y fue lo que llamó la atención del director. Aunque, por supuesto, tuvo que hacer una interpretación salvaje y convincente.
Se cree que los hematomas le otorgaron mayor realismo a su actuación, pese a que en el momento del rodaje ya habrían desaparecido por completo. Esta pelea, después de todo, le cambió la vida. El amigo, al igual que él, consiguió un papel. Eso sí, le tocó hacer de policía.
Lo increíble sigue siendo el sueldo que le pagaron al oscarizado actor, un 4 % del presupuesto total de la película, que costó 350 000 dólares (323 000 euros). Por otra parte, la recaudación fue de 100 millones de dólares (92 millones de euros), durante 20 años mantuvo el récord de la película más rentable hasta El proyecto de la bruja Blair.
Mel Gibson no obtuvo una recompensa proporcional a su trabajo en Mad Max, pero esta aventura postapocalíptica lo catapultó a la fama y le abrió grandes puertas en Hollywood.