Madonna es una diva a la que le importa poco o nada lo que le digan los demás. Ya con 65 años de edad y cuatro décadas de carrera musical, lo ha experimentado todo. A nivel artístico, tiene un catálogo musical con algunas de las canciones más emblemáticas del pop, como Like a Virgin, Material Girl o Papa Don’t Preach. También se trata de su apariencia física, que con el tiempo se ha vuelto irreconocible. Durante muchos años ha sido un icono y es algo a lo que parece aferrarse.
Algunos se arrepienten de ser tan famosos. El nivel de exposición que supone estar en la cima puede llegar a ser abrumador, aunque no es así con los sueldos y otros beneficios derivados. Pero Madonna nació para ser una estrella, camaleónica como nadie, controvertida, con una seña de estilo muy particular y creadora de tendencias. Con un cuerpo convertido en lienzo y una fuerza de voluntad gigantesca para mostrar al mundo su excelente forma física. Desde los inicios de su carrera (teniendo poco más de 20 años) hasta la actualidad.
La cantante presume su disciplina para mantener una dieta estricta y un entrenamiento exigente que le permiten moverse con destreza sobre los escenarios. Y hace ya mucho que el tiempo no evidencia los estragos de la edad, más bien, tiene una salud envidiable y un rostro angelical. Puede llegar a ser perturbadora, te contamos más.
Madonna, cada vez más joven
Este 2024, la artista se propuso continuar con su gira The Celebration Tour. Y es bajo esta premisa que quiso lucir lo mejor posible, tanto en un ‘selfie’ como en una sesión fotográfica se aprecia una piel tersa como si aún tuviera 20 años. Con rasgos excesivamente definidos para su edad, sin ninguna línea de expresión o señal de imperfección a lo largo de su rostro. El mérito, por supuesto, es de las continuas cirugías estéticas a las que se somete desde hace décadas.
Es la viva recreación del efecto ‘Benjamin Button’, se ve más joven a medida que envejece. No es extraño identificar en cada una de sus publicaciones comentarios de sus seguidores, quienes cuestionan esta práctica estética y la obsesión enfermiza por querer ser perfecta. Muchos se preguntan si hay un límite y qué es lo que la diva pretende alcanzar con esta reiterativa reconstrucción facial. De acuerdo con especialistas en el área estética, la intérprete de La isla bonita ha invertido miles de dólares en determinadas prácticas una y otra vez.
Se cree que se ha sometido a lifting frontal completo para levantar la piel del cuello, la cara y la frente; blefaroplastia para reducir el exceso de piel; rinoplastia para perfilar y realzar; queiloplastia en el labio superior y cantopexia para lograr un ‘foxy eyes’. Algo más, es adicta a la máquina de oxígeno o cámara hiperbárica, una técnica novedosa para favorecer el rejuvenecimiento de la piel y tratar el fotoenvejecimiento. Este utensilio es muy costoso y, según informan los medios, la estadounidense tiene una máquina en cada una de sus mansiones.
Nos queda claro que Madonna sería capaz de todo con tal de retrasar su envejecimiento. Pero ¿las cirugías y el bótox estarán siempre de su lado?