Finalmente, llegó el gran día. Tamara Falcó e Íñigo Onieva se dieron el sí y su boda, como era de esperarse, ha llenado los titulares desde entonces. Todo lo que sucedió en el evento se va conociendo conforme pasa el tiempo y los informantes comparten su experiencia en la que sería la “boda del año”. Uno de los temas que más ha dado de qué hablar, curiosamente, tiene que ver con la madre de la novia. Isabel Preysler, después de todo, perdió el glamour y protagonizó un show muy vergonzoso. Al parecer, su imagen no será la misma a partir de ahora.
Horas antes del enlace de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, llegó Isabel Preysler al exclusivo Palacio de El Rincón, donde se celebraría la ceremonia y posteriormente el festejo. A bordo de un coche negro de alta gama, la mujer más elegante de España se portó como toda una diva. Ataviada en un vestido tipo túnica estampado con flores, navajos y colibríes. La opción ideal para ir fresca, cómoda y a la moda. Seguramente, este no fue el vestido que utilizó para el matrimonio. Sin embargo, demostró su buen gusto en la entrada de la finca.
Con ella iba parte de su gran familia. Sus hijos Chábeli, Julio Iglesias Jr y Ana Boyer, la última con Fernando Verdasco y sus retoños. Bajó la ventana del automóvil para hacer unas declaraciones a los reporteros que estaban esperando a los invitados, se mostró muy alegre. Eso sí, su felicidad se hizo notar más adelante cuando se dejó llevar en la celebración de su hija.
Isabel Preysler, pasada de copas en la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva
En la boda del año, la Reina de Corazones fue una de las protagonistas indiscutibles del día. Tal y como se acostumbra, los padres de la pareja se vuelven unas figuras muy destacadas. Sin opacar a los novios, pues es su amor el que reúne a todos los invitados. Este también fue el caso de la ex de Julio Iglesias, quien a su manera logró captar gran parte de la atención incluso días antes de la ceremonia.
Después de meses tensos por los preparativos de la boda y tras los acontecimientos más polémicos de los días previos, seguro era un alivio acabar con la espera. El camino al altar no fue fácil para nadie. Preysler no dudó en demostrar que estaba muy emocionada y feliz de que el sueño de su hija se estuviera haciendo realidad. Su semblante era radiante y, al empezar la fiesta, no dudó en tomarse unas copas para brindar por el matrimonio más esperado.
Tal vez se trató de un error de cálculo o un exceso de euforia, lo cierto es que la madre de la marquesa se embriagó. Sin importar que todos los ojos estuvieran encima de ella, siguió bebiendo y se dejó llevar. Al final del día, la socialité más famosa del país requirió de ayuda para llegar a su alcoba.
No hay vuelta atrás, Isabel Preysler tendrá que enfrentarse a las consecuencias por el episodio de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva.