Este 29 de septiembre de 2023 se cumplen 9 años desde el sensible fallecimiento de Miguel Boyer, el exministro de ideología socialista había sufrido un ictus por el cual fue internado en la clínica Ruber Internacional, donde en el año 2014 una embolia pulmonar puso fin a su vida, que llevaba meses complicada por el ictus del cual nunca se recuperó totalmente, pero la batalla por su vida terminó, y empezó el conflicto por sus bienes.
El testamento de Miguel Boyer no se cumplió
El exministro había dejado estipulado en su último testamento que sus bienes serían repartidos entre sus tres hijos de forma equitativa, y la mayor parte iría a la que era su esposa, Isabel Preysler, los bienes eso sí, no correspondían una herencia necesariamente millonaria, su hijo Miguel recibiría tres coches de buena marca y algunos de los libros de su padre, quien poseía un compendio de 6.000 volúmenes, los cuales iban a ser cedidos a una fundación creada a nombre de Miguel Boyer, fundación que a día de hoy no ha visto la luz del sol, en cuanto a los libros, se supo de ellos cuando vimos al escritor Mario Vargas Llosa posando frente a la biblioteca donde permanecen almacenados.
El bien más codiciado del ex ministro era sin lugar a dudas algo que representaba a su bisabuela, una estatua de Mariano Benlliure la cual debía haber parado en las manos de Laura, así como un retrato de la madre de Miguel hecho por Fernando Álvarez de Sotomayor, el cual se quedó la reina de corazones que tanto conocemos.
Laura Boyer falleció sin recibir su parte del testamento
La hija de Miguel Boyer tuvo dificultades, los abogados se la pusieron difícil y además no se llevaba demasiado con sus hermanos, en un principio se sabe que a Laura le habría gustado conservar tanto la estatua como el cuadro antes mencionados, pero se convirtió en una tarea titánica en la que decidió no invertir más esfuerzos.
Laura Boyer fue diagnosticada hace tiempo ya de un linfoma de Hodgkin, algo bastante grave y de la cual la hija de Miguel Boyer era consciente, por lo cual no quería presionar su estado de salud más allá de lo que debería por una disputa legal, además que sabía que parte del patrimonio de su padre se había invertido en sus cuidados después del ictus, los cuales habían resultado persistentes y costosos, es por todas estas razones, y más, que Laura Boyer tomó la decisión de no pelear con sus hermanos después del fallecimiento de su padre, no quería afrontar una dolorosa lucha legal contra su hermano Miguel, ni era su intención arrebatarle sus bienes a su hermana Ana, por lo que prefirió prescindir de toda acción legal que seguramente hubiera dejado destrozada a la hermandad, mantuvo silencio, y finalmente le llegó la hora de partir, falleciendo el 23 de febrero del presente 2023.