Isabel Preysler es una mujer conocida por muchos, y es por eso que ha buscado desde hace mucho tiempo tener una apariencia más que agradable a la vista. A la reina de corazones no le ha agradado el paso del tiempo y tampoco le ha gustado los detalles naturales que han salido en su cuerpo, más que nada en su cara, y es evidente esto, ya que la socialité se ha gastado una increíble cantidad de dinero en hacer que su cara se vea mejor.
Es evidente que su cara no es la misma que la de hace años, más que nada por las diferencias estéticas que tiene en su rostro. Por ejemplo, las rinoplastias que se ha llevado a cabo han dado como consecuencia una nariz mucho más pequeña y definida en comparación con la que tenía hace años. Esto ha hecho que su rostro se vea ligeramente distinto en esta época de su vida, pero esto no es lo único que está distinto en su rostro.
Tanta cirugía y bótox le hará mal a la reina de corazones a la larga
No hace falta ser un experto en nada para saber que el exceso de cualquier cosa es malo. Aquí entran las cirugías estéticas, y es que una o dos no hacen mayor diferencia y hasta son sanas, pero llevar a cabo muchas y en la misma zona puede ser contraproducente. Si a esto le sumamos el uso de sustancias que ayuden a la apariencia, todo va a peor, y el mejor ejemplo es Isabel Preysler.
Es una adicta a las cirugías plásticas, al bótox y al ácido hialurónico. Eran su pan de cada día, pero ya no están prestando el efecto suficiente en comparación a años pasados. Esto ha provocado que la reina de corazones esté alterada debido a que el cambio en su apariencia en estos momentos es notable. Se nota cierta deformidad en su rostro y sus arrugas ahora son mucho más prominentes, todo debido al alto consumo de sustancias, cremas y bótox que usaba para mejorar su apariencia. No solo eso, sino que la madre de Tamara Falcó ha llevado a cabo tantas cirugías estéticas que otra más no solucionará el problema de sus arrugas.
Esto se puede notar en algunas de las fotos más recientes que se han tomado de la socialité, en donde su cara no luce precisamente bien. Como hemos comentado, el gran exceso de arrugas en su cara es notable, y no hay mucho que el bótox pueda hacer, al menos en este punto. Sin embargo, apostamos por el hecho de que la socialité hará lo posible porque su cara no se vea de esa forma. Seguro que está dispuesta a someterse a cualquier tratamiento estético sin importar cuán caro sea, y es que Isabel Preysler es una adicta a las cirugías estéticas por lo bien que le hacen verse, gusto que también le ha heredado a su hija, Tamara Falcó.