A menos de una semana para la boda del año, Íñigo Onieva y Tamara Falcó están envueltos en numerosas polémicas. En los últimos días, solo han recibido malas noticias, disgustos, rumores y sustos. Uno de los más escandalosos se relacionó con un affaire que tuvo el empresario con una mujer de la policía nacional. Así como el presunto robo de unas joyas que, aparentemente, estaban destinadas a invitados puntuales del evento. Y, recientemente, el novio fue perseguido por un motorizado que aparentemente quería robar una pertenencia de valor. Ahora bien, Isabel Preysler lo amonestó por jugar con el sustento de la familia.
Íñigo Onieva vive deprisa, pues se convirtió en el enigma favorito de la prensa rosa desde que es pareja de Tamara Falcó. Gracias al mediático noviazgo con la marquesa de Griñón, el futuro yerno de Isabel Preysler es un imán para el espectáculo. Ha sabido rentabilizar su popularidad, consiguiendo buenos contratos con marcas ajenas y potenciando las suyas. Aunque actualmente dejó de ser un empresario nocturno por petición de su prometida, de cara al próximo año tiene un proyecto fascinante. Sin embargo, en el plano personal es otra historia.
A principios de año se creía imposible reventar la burbuja de felicidad que envolvía a estos novios cómplices. No obstante, hoy en día da la impresión de que su relación se mantiene en pie con un gran esfuerzo. ¿La pareja ideal? Ser testigo de las continuas infidelidades del ingeniero y ser expuesta en público debe ser desgastante. Más allá de eso, los escándalos parecen haber agotado la paciencia del novio. Cuestión que la reina de corazones no puede permitir.
A Isabel Preysler no le gusta la actitud de Íñigo Onieva frente a las cámaras
Que hablen bien o mal, pero que hablen. Es la frase pilar de todos aquellos que viven de ser una celebridad. Los expertos coinciden que no hay mala prensa, por muy bochornosa que sea la noticia. Pero hay quienes no lo comprenden o intentan desafiar a los medios con altanería. Ha pasado en más de una ocasión, Íñigo se ha puesto tenso ante las cámaras. Todo lo contrario a Tamara, quien está acostumbrada a ello porque es una de sus fuentes de ingreso. Por lo general, se deja fotografiar con una amplia sonrisa en el rostro.
Está demostrado que el madrileño no sabe controlarse. De acuerdo con La Razón, llamó psicópatas a los reporteros que estaban afuera de su casa. Este mal gesto no solo molestó a Falcó, sino a la matriarca de los Falcó Preysler que habría puesto una alerta sobre la mesa. Saltó de mala manera y generó un lío mayor cuando podría haber seguido sin ninguna reacción. Esto es incomprensible, puesto que la familia está compuesta por figuras públicas que viven de la expectación del público. De hecho, por eso mismo la revista Hola! les pagará más de 1 millón de euros por la noticia exclusiva de su boda. ¿Habrá un cambio de actitud?
Una vez más, Íñigo Onieva causa un disgusto a Isabel Preysler y Tamara Falcó. ¿Final de cuento de hadas? No parece.