Un artista puede pasar del estrellato al olvido en muy poco tiempo, las corrientes cambian y lo que antes no gustaba se convierte en moda, ese género que nadie tolera se vuelve mainstream, o ese artista que la estaba rompiendo, se va a vivir debajo de un puente porque nadie lo recuerda, quizá nunca tan extremo, pero uno de esos artistas es Ramón del Rosario, quien tuvo su momento de fama, desapareció, y en tiempos más recientes ha vuelto a dar señales de vida y recibir una cantidad moderada de interés público.
De Operación Triunfo a Eurovisión
Al igual que leyendas como David Bisbal, Ramón del Castillo viene de Operación Triunfo, más concretamente, su tercera entrega, OT3, después lanzó dos álbumes, y en el año 2010, simplemente se retiró de la música para buscar otro sentido a la vida, y lo encontró, pero quizá no sea lo que algunos se esperan.
“Después de muchos años, la verdad es que esa fue una aventura y esta es otra. Muy diferente, pero bonitas las dos”, era lo que decía Ramón del Castillo en referencia a su vida musical, y a su nueva vida, dedicada al mundo de la hostelería.
A pesar de abandonar en 2010 su carrera musical, en 2022 pasó por un concierto de Eurovisión, programa para el que ya participó en el año 2004, mismo programa en el cual hemos visto a figuras importantes de la industria musical como puede serlo Chanel, o incluso se habla de que en algún momento Rosalía podría asistir a representar a España en dicho evento.
De Eurovisión a la hostelería, un cambio radical
"Has cambiado de tercio completamente. Te recordamos de verte en Eurovisión, Operación Triunfo, la música... ¿Pero ahora en la gastronomía?". Fue el planteamiento que le hizo una periodista cuando se encontró con Ramón del Castillo en su restaurante, llamado Surkos, a lo cual el triunfito respondió lo siguiente: "Pues sí, después de muchos años. La verdad es que esa fue una aventura y esta es otra, muy diferente, pero bonitas las dos".
Desde 2013 Ramón del Castillo empezó a trabajar en Seefood TV en Noruega, lo cual para él resultó en una experiencia positiva, lo que seguramente era lo que estaba buscando cuando abandonó la industria musical: "Esto es otro mundo. Para que te hagas a la idea, en un puesto como el mío ganas de 2.500 a 4.000 euros. Ya entiendo más o menos el noruego y hablo algo. Me especialicé como asistente de cámara y hago de todo: preparo el set, cambio focos, gestiono localizaciones...".
Posteriormente Ramón del Castillo volvió a sus raíces porque tenía un deseo, que sus hijos, al igual que él, se criaran en la playa, descubriendo, aprendiendo y comprendiendo algunas cosas del mundo que nos rodea en un ambiente tropical por el cual seguramente el ex-cantante sienta una corriente de nostalgia, no se puede decir lo mismo de su carrera musical pues parece casi seguro que a esta no va a regresar.