Íñigo Onieva ha sido señalado varias veces como un hombre que no va de la mano con Tamara Falcó. Isabel Preysler es la que más ha dicho esto al respecto y en parte tiene razón. Si analizamos el "expediente" de la pareja, podremos encontrar que Íñigo Onieva es mucho más juerguista que su esposa, siendo esta última una mujer más tranquila.
El problema con el "marqués" de Griñón y esas comunes almas de la noche es que nunca podrán dejar de lado esa particular pasión que tienen por las fiestas nocturnas. A pesar de que Tamara Falcó perdonó a su actual esposo con la condición de que cambiara, este no ha hecho ni el más mínimo esfuerzo en cambiar, o al menos lo intentó al principio, pero a estas alturas es algo que ya no le sale.
El empresario ha sido visto por las nocturnas calles de Madrid con sus amigos, lo cual en sí no es un problema, pero el problema reside en el hecho de que ha sido visto por los tradicionales lugares de copas en la capital, lo que deja en una muy mala posición al que se hace llamar “marqués” de Griñón.
La pareja está teniendo problemas, pero Tamara Falcó decide creer en su esposo
La boda de la hija de Isabel Preysler de seguro ha sido la más esperada de este año con diferencia, y todavía a día de hoy sigue dando de qué hablar. Por ejemplo, podemos empezar por el hecho de que la pareja quiere tener un hijo lo antes posible, o al menos es lo que quiere Tamara Falcó, pero lo cierto es que aún no ha llegado al punto de poder quedar embarazada. Debido a esto, ha retomado sus tratamientos de fertilidad, por lo que es posible que dentro de poco tengamos noticias al respecto.
Sin embargo, al mismo tiempo han tenido sus roces, ya que Íñigo Onieva se ha mostrado reticente a llevar la vida de un esposo normal y tranquilo, ya que ha seguido disfrutando de las noches agitadas de Madrid tal como si no estuviera casado. Suele salir con sus amigos y conocidos, aunque la mejor parte es que se cree el rey del mundo por autoproclamarse “el marqués de Griñón”, un título que si bien no le queda grande por ser el esposo de Tamara Falcó, lo cierto es que sí que le ha chocado a algunos.
Esto para la socialité ha sido un problema, pues no ha podido controlar a su esposo de ninguna forma posible y le preocupa la opinión pública, ya que se hacen más frecuentes las visitas de su esposo a discotecas con sus amigos, aunque se dice que también le acompañan “amigas”, y ya sabemos como se pone Íñigo Onieva en esas situaciones. Sin embargo, toca esperar y ver cómo se desenvuelve todo, pues de haber una segunda infidelidad es poco probable que Tamara Falcó decida soltar un segundo perdón.