Muchos recuerdan a Emilio Aragón por haber sido un ícono de la televisión durante los años 90, sin duda alguna, una estrella de su época y que se quedó en la cabeza de todo el mundo debido al particular carisma que tenía. El que fue conocido como “Milikito” ha tenido una carrera longeva con una gran cantidad de aciertos. El éxito tocó a su puerta hace muchos años, pero ya no se deja ver tanto en la televisión, más que nada porque anda ocupado en el mundo empresarial.
El tema está en que si lo llegases a ver te quedarías con la boca abierta por el cambio físico del actor que fue estrella de “Médico de Familia”, pues claro, los años no han pasado en vano y se ha visto ese cambio radical en su físico que deja ver que hoy en día es una persona de 64 años de edad, aunque él mismo ha dicho que se siente todavía como una persona de 20 años, aunque comenta que esto solo de mente, pues a veces sus rodillas no opinan de la misma manera.
El cambio físico de Emilio Aragón: distinto pelo, misma sonrisa
En cuanto a su cuerpo no ha habido mayor cambio. El actor ha sabido mantenerse en forma con el paso de los años, lo cual es algo de admirar, pero podemos notar cierto cambio físico en su rostro. Para empezar, debemos comentar que no se nota “deteriorado”, es decir, las arrugas no han hecho de las suyas tal y como han hecho con otros actores reconocidos justamente de la década de los 90. Sin embargo, se puede notar que no tiene ni el mismo tipo de piel ni mucho menos que no tiene arrugas. Las tiene, pero no en exceso ni tan notables.
Algo que sí podemos notar sin ningún tipo de problema son sus canas, lo cual es el primer cambio considerable en comparación a su “yo” del pasado. Sus canas cubren toda su barba y también su cabello, haciendo un juego entre tonos blancos y grises que, para que negar, se ve bastante bien dado su edad. Recordemos que el actor tiene 64 años, ya no es el que estuvo en “El gran juego de la Oca”, pero se sigue viendo bien. Su sonrisa no ha cambiado, lo cual impresiona, pues permite que podamos ver ese payaso que tanto interpretaba en el pasado.
Sus ojos se ven un tanto huecos y las patas de gallo se notan, pero no tanto como deberían. Queda claro que el actor se ha sabido conservar, aunque por supuesto se nota la diferencia en comparación con hace 3 décadas atrás. Las gafas las sigue usando y el pelo casi que lo lleva igual, pero la comparativa aún así llama bastante la atención, por lo que no podemos negar esto en lo más mínimo. Sin embargo, sigue siendo la misma persona que en el pasado e incluso mucho mejor, teniendo, más que nada, esa sonrisa que le caracteriza.