María Teresa Campos ha muerto a los 82 años en Madrid rodeada de su familia y sus amigos más cercanos, al tanatorio han ido infinidad de rostros conocidos, desde sus Iñaki Gabilondo o Nieves Herrero hasta el propio Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez o Isabel Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid y persona a la que entrevistó, por última vez, la periodista malagueña. Todos han querido darle el último adiós a la que fuese una grande de la comunicación y que deja un legado lleno de momentos y aprendizaje para todos. Eso sí, también nos quedarán las risas y los momentos en los que María Teresa te levantaba la voz, todos la recuerdan con orgullo y agradecimiento.
Pero, tras fallecer la periodista, son muchos los detalles más intimos que se conocen de la que fuese la primera 'Reina de las mañanas', por mucho que le moleste a Alessandro Lequio. La pasada noche, Televisión Española emitía un especial de 'Lazos de Sangre' junto a algunos periodistas especializados y amigos de Mari Tere, estos contaban sus expeirencias y anécdotas con ella y fue cuando Mariló Montero desveló, en una anécdota muy graciosa, la gran fobia de María Teresa Campos y que pocos conocían. La periodista odiaba los ascensores.
La anécdota más graciosa de María Teresa Campos con un ascensor
Entre risas, Mariló Montero contó que una vez, cuando quedaban para comer todas las reinas de las mañanas, le tocó convocar a ella la comida y las citó en una de las torres de la Plaza de Castilla, en Madrid, para cenar en un restaurante pero, se le olvidó avisar de lo más importante, el restaurante estaba en la planta 30 del edificio: ''Recuerdo cuando llegué al hotel, que estaba Mari Tere apoyada en el hall y me dijo: '¿Tu no sabes que me dan miedo los ascensores?' claro, corriendo, le dije que cambiabamos de restaurante, que esperara y ella dijo: ' no, no, buscamos solución'. Habló con la recepcionista, le dijo que le pusieran un seguridad en la primera planta y otro en la última para cuando ella saliese, estuviese tranquila y así llegamos hasta el restaurante'', confesó Montero. Pero, sin embargo, esta anécdota desvelaba y humanizaba mucho más a la María Teresa Campos que todos conocíamos, era una persona con fobias y que siempre respetaba a los demás si le habían invitado. Eso sí, parece que su carácter si tenía que salir, salía, como en la recepción del hotel.