La vida del artista es dura, la que muchas veces se pinta de rosas y brillantina muchas veces va más apegada a una vida llena de problemas y adicciones, incontables son los artistas que se han visto arrastrados a diferentes vicios por las presiones de una vida pública, uno de esos muchos casos, es el del cantautor, poeta y pintor, Joaquín Sabina.
El autor de 24 discos, 17 de estudio y 7 en directo, abría su corazón en la película biográfica dedicada a su persona, filmada durante 13 años por su amigo y cineasta, Fernando León de Armas. Sabina declaró lo siguiente sobre el documental: ”Tengo la sensación de que he pasado de la infancia a la vejez sin pasar por la madurez… soy mucho más pudoroso de lo que refleja mi caricatura. Tras ver el documental mi mujer me dijo que Fernando me ha sacado el alma. Y yo pensé, que grosería, si enseñar mi culo ya me da vergüenza”.
El pintor ubetense se casó con su esposa, la fotógrafa peruana Jimena Coronado a mediados del 2020, pero en realidad ambos llevan juntos más de 25 años, hoy día Sabina dice que ”El amor es un invento maravilloso del ser humano”, pero en su momento tuvo una vida bastante desenfrenada de la cual no huye, y al contrario, habla con total soltura.
“Lo del sexo continuo y las drogas se acabó a mis cincuenta años. Pero tengo que reconocer que sin la cocaína no hubiera podido componer uno de mis mejores discos, ‘19 días y 500 noches’, que grabé en sesiones de tres días sin dormir”, comenta en la película el autor de “Hotel, dulce Hotel”.
El autor se encuentra conmovido por lo bien que salió su documental
Sabina expresa muy buenas palabras sobre todo el proceso de filmar y producir el documental, “me ha salvado de la tristeza que he sentido en estos años de pandemia. Aunque Fernando me pillara en el baño cagando el resultado final refleja la alegría de estar entre amigos”.
El programa fue como abrir un cofre de declaraciones sobre la vida del autor, “mi padre estaba con Alzheimer y mi madre muy enferma… cuando empecé a cantar en sitios grandes. No pudieron disfrutar del éxito de su niño, porque murieron demasiado pronto”
Pasando a su vida más reciente, Joaquín Sabina estuvo alejado de los escenarios desde su caída en el año 2020, esto ocurrió durante su gira “No hay dos sin tres”, se presentaba en Madrid junto a Joan Manuel Serrat, al ser cegado por un foco, no se dió cuenta que estaba al borde del escenario y cayó más de medio y medio al foso de seguridad, sufriendo una hematoma intracraneal, aún así, Sabina tuvo la fortaleza de posteriormente salir en silla de ruedas al escenario a avisar de que “se iba al hospital porque se había hecho daño en un hombro”, fue operado con éxito y hoy día, tiene pendientes 16 conciertos desde mayo hasta diciembre de este año, en Alicante, Coruña, Bilbao, Valencia, Sevilla, Barcelona y más.