Desde el fallecimiento deMaría Teresa Campos, las hijas de la presentadora van de mal en peor y no solo hablamos de Carmen Borrego, también nos referimos aTerelu Campos, una de las mujeres más fuertes de la familia y que ha llegado a estar en la últimas con su enfermedad pero, sin embargo, la muerte de María Teresa, les está superando. Carmen Borrego no para de hablar de su madre en cada uno de los programas que participa (bueno, también porque para eso se le ha contratado) pero, es que se nota en su mirada, en sus palabras y en cada uno de sus gestos que, le costará y mucho, superar esta pérdida.
Las hijas de María Teresa Campos están vaciando, poco a poco, lo que era la casa de su madre, han sacado a subasta los muebles de la presentadora y de esta manera, podrán deshacerse de los enseres de su madre y, a su vez, darse cuenta, cada día más, que no está con ellas, que la pérdida, es real. Carmen Borrego ha confesado en 'Vamos a ver' que lo peor ha sido deshacerse de recuerdos o cosas sentimentales, mucho más allá de lo económico. Además, ha contado que tiene un sueño recurrente con su madre y que no le encuentra el sentido: ''Estoy con mi madre recogiendo su casa y mi madre indicándome qué guardo qué no guardo. Y, hay un mueble, en concreto al que mi madre hace referencia constantemente, que por su puesto, ese mueble me lo he quedado yo. Y en ese sueño veo todos los muebles de mi vida mezclados'', algo a lo que Carmen Borrego no encuentra explicación y que le hace recordar, todos los días a su madre.
El olor de María Teresa Campos siempre con Carmen Borrego
Al parecer, aunque no lo pareciese, Carmen Borrego y María Teresa Campos estaban más unidas que nunca y Carmen no quiere deshacerse de una cosa que le recuerda, todos los días a su madre: ''Me quedo con su olor, que es maravilloso todo el día. Tengo una pashmina que siempre la estábamos tapando porque estaba muy delgada y siempre tenía frío y la llevaba siempre. Y la tengo yo y creo que no la voy a lavar nunca porque la huelo y vivo a mi madre. Esa pashmina se quedará conmigo para siempre y jamás la lavaré'', ha confesado Borrego con los ojos vidríosos y visiblemente, emocionada.