Famosos

Ana Obregón y Carolina Monje, de amigas íntimas a llamadas desagradables

La mala relación entre la expareja de Álex Lequio y su madre

Jueves, 02 de noviembre de 2023. 12:32 / Actualizado: Viernes, 05 de abril de 2024. 12:20
Tiempo de lectura: 2 minutos
Ana Obregón y Carolina Monje

Fue hace ya más de dos años y medio, el 13 de noviembre de 2020, cuando Álex Lecquio falleció a causa de un cáncer. Una muerte que evidentemente dejó devastada a su familia, especialmente a sus padres, Ana Obregóny el Alessandro Lecquio.

Si bien es cierto que tanto la actriz como su hijo habían relatado durante muchas veces el proceso por el que estaba pasando, no fueron pocos los que se quedaron con la boca abierta al conocer la noticia, entre otras cosas porque hubo momentos en los que parecía que Álex había superado la enfermedad.

Sin embargo, el cáncer por desgracia acabó ganando la batalla, algo que como no podía ser de otra manera hundió en la tristeza a su madre Ana Obregón. Eso sí, fue precisamente la actriz la que llevó a cabo una de las últimas voluntades de su hijo, que no fue otra que era de publicar un libro que había empezado escribir meses antes.

Las pistas que dejó Aless Lequio sobre la relación entre su madre y su entonces novia

En el libro llamado El chico de las musarañas, completado por Ana Obregón, se puede encontrar pasajes escritos por Aless antes de morir, pasajes en los que el hijo de la actriz no tiene ningún problema en dejar algunas pistas sobre la mala relación que tenían ya entonces su madre y su novia, Carolina Monje.

Ana Obregón y Carolina Monje
Ana Obregón y Carolina Monje

Por mucho que en esas páginas Lequio tire de nombres falsos, no hace falta ser un genio para entender qué personaje simula cada uno, por lo que es evidente que Tom es él, Karen es su novia y Doña Aitana es Ana obregón.

En una parte en concreto del libro es Doña Aitana la que le recrimina a Tom que “Desde que estás con esa niña no haces más que hacer el memo, te ha abducido, hijo mío, ¡ya no te reconozco!”, algo que el propio Lequio apunta como que “No hace falta ser Freud para entender los motivos que esconde el comportamiento de una madre soltera y temperamental frente a la primera pareja seria de su único hijo. Acabas aceptando la sobreprotección y solo saltas cuando las maneras rebasan los confines del respeto; cosa que empezaba a ser frecuente y no era del tono sano”.