La primera rueda de prensa de Ana Obregón para promocionar El chico de las musarañas será recordada por mucho tiempo. Se trata del libro que Álex Lequio, su hijo, empezó a escribir y que ella completó tiempo después de su muerte. La estrella llegó vestida de colores y aliviada de poder dar un paso adelante tras tanto dolor. En un principio, parecía dispuesta a centrarse en los aspectos claves del libro, sin contestar más allá de lo imprescindible. No obstante, sorprendió a todos con su franqueza. Admitió que su hijo fallecido la contactó.
Ana Obregón tardó nueve meses en terminar de escribir El chico de las musarañas, se publicó casi un mes después de la llegada de Ana Sandra, la bebé de su hijo. No fue fácil cumplir este deseo de Álex Lequio, para ello necesitó de un gran impulso, como contó más adelante en la rueda de prensa. Y es que, hace dos años, no estaba plenamente convencida de terminar la obra. Así que resolvió hacer una reunión con la editorial Harper Collins. De acuerdo con su relato, en ese momento le ocurrió lo más inesperado. Una llamada entrante a su móvil lo cambió todo.
“Llegamos a una comida, puse mi teléfono encima de la mesa y de repente empieza a sonar. La llamada era de Aless”, empezó a narrar. En su mente, valoraba qué posibilidad había de que eso fuera real, pues el móvil del joven estaba guardado en un cajón. Así que lo tomó como una señal de que debía seguir ese camino, era su deber cumplir el sueño de su primogénito, el de ser escritor. Para darle mayor credibilidad a este episodio, explicó que otras cinco personas fueron testigos. Pero hay alguien más que ha querido enviar su apoyo y contar su propia vivencia.
Paz Padilla defiende la llamada de Álex Lequio a Ana Obregón
Luego de que la bióloga se sinceró en la rueda de prensa, los periodistas y usuarios en las redes se mostraron incrédulos. Aparecieron detractores y personas dispuestas a llamarla ‘loca’. Por ese motivo, Paz Padilla intervino y expuso una vivencia muy similar a la suya. A través de sus stories de Instagram contó que el día del estreno de su libro El humor de mi vida, donde rinde homenaje a su difunto Antonio Vidal, le llegó un mensaje en el móvil. Era el número de teléfono de su difunto marido, que le había enviado una foto de ambos. Al igual que Ana, tenía el teléfono en una mesita de noche. Según comentó, sin línea y apagado.
“Nadie sabía sus claves, salvo yo, nadie podía abrirlo. Y además, no había línea. Para mí fue un shock y lloraba. Lo interpreté como una señal”, contó la humorista. Un año y dos meses después de la partida de Antonio sucedió esto, lo más increíble es que se trató de una fotografía que se hicieron en Portugal y que no tendría nadie más. Esta historia desconocida despertó grandes simpatías, Padilla quería enviar un mensaje a Obregón. “No cuestiono a Ana en absoluto. He hablado con padres que han perdido a sus hijos y les sucede lo mismo”, finalizó su relato.
¿Álex Lequio intentó comunicarse desde el más allá con Ana Obregón? Si es así, seguramente estará feliz del esfuerzo que ha hecho su madre por cumplir sus deseos.