Ni Isabel Preysler ni Mario Vargas Llosa han quedado en buenos términos el uno con el otro, ninguno demuestra dolor ni arrepentimiento, hoy día cada uno sigue su vida, pero sin dejar de tirar una que otra piedra a la ventana del otro, durante la relación de la pareja, sabemos que ambos tenían un tiempo queriendo ver hacia otra parte, Isabel Preysler se veía con alguien en el extranjero, aún meses antes de la ruptura, pero el escritor, por su parte tiene mucho más que contar, tanto de años recientes, como cuando se conocieron.
La infidelidad de 1000 dólares
Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa se conocieron de una forma curiosa, era el año 1984 y el escritor estaba casado, al igual que la reina de corazones, Vargas Llosa pagó 1000 dólares a Mona Jiménez, una amiga del escritor para que sirviera de mediadora entre ambos, y estos se encontraron en varios eventos, pero cuando el escritor dio el siguiente paso, Isabel Preysler lo rechazó amablemente, las cosas cambiaron cuando enviudó, pues en ese momento el autor de “Los Vientos” usó cada recurso en su poder para seducir a la reina de corazones, hasta que finalmente lo consiguió, haciendo que Preysler volviera a creer en el amor, una vez más.
De intentar todo por amor, a desahogarse en sus obras
No podemos descartar que en la relación de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa más de una cosa haya sido mera apariencia, como esa vez que se le preguntó a la reina de corazones sobre una posible boda, cosa que ella negó pues estaban perfectamente bien, “estamos muy bien como estamos, para qué vamos a estropearlo”, pero no mucho después estalló la bomba y su separación se hizo pública.
Los escritores suelen imbuir sus obras con sus propias vivencias mezcladas con ficción, y hay una en concreto de Vargas Llosa que se ha vuelto muy viral por esto mismo, Los Vientos, misma obra que ya mencionamos, y que el peruano escribió en 2020, un pasaje de aquí se volvió muy popular, ese en el que decía que “fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí”.
De lo que nos enteramos a inicios de 2023 es que dicha obra estaba incompleta, y fue publicado un segmento con el protagonista en una posición reflexiva, si nos apegamos a que el protagonista es una proyección del escritor, entonces no hay que pensar mucho a quién se refiere con la siguiente sección:
“Nuestro cuerpo es sagrado y hay que cuidarlo. Para ellos, en verdad, lo sagrado son las perfumerías y las farmacias. Me preguntaron si no me había echado algo para el sol y como les dije que no, que nunca usaba cremas protectoras, se escandalizaron. Me confesaron que todo el dinerito que ganan con trabajos eventuales y las pensiones que recibían por el mero hecho de existir, los invertían en comprarse pastillas, lociones, tónicos, todo aquello que impide el deterioro de la piel, los ojos, los dientes…”.