No es que sea precisamente ningún secreto que los miembros de la familia real española siempre han gozado de mucha protección por parte de los medios de comunicación así como, evidentemente, de las instituciones y de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
En este sentido, tan solo hace falta ver las diferencias de trato que está recibiendo el rey Juan Carlos I ahora que ya es el mérito respecto a la que recibía cuando era el monarca en funciones, cuando era muy difícil encontrar algún tipo de noticia negativa o en su contra.
Pero cabe tener en cuenta que, toda esa protección de la que siempre hago encauzado los miembros de la familia real ha tenido incluso algunos capítulos un poco oscuros, como es el caso de un periodista que acabó en la cárcel tras ser el primero en fotografiar el entonces príncipe Felipe con su pareja.
El pinchazo telefónico que envió un periodista a la cárcel
Fue en 1993 cuando el príncipe Felipe se mudó a Washington para estudiar un Master en relaciones públicas internacionales. Allí paso dos años conviviendo con su primo Pablo de Grecia, porque mantenía una excelente relación.
Sisa mente fue la entonces novia de Pablo, la que ahora es su mujer Marie-Chantal, la que actuó de celestina entre el entonces príncipe Felipe y una de sus mejores amigas,Gigi Howard. Parece ser que desde el primer momento en que se conocieron surgió el amor y, alejado de la presión de las cámaras habituales que lo seguían a todos lados en España, el príncipe pudo disfrutar de su relación sin ningún tipo de problema en tierras americanas.
Los problemas llegaron cuando un paparazzi llamado HugoArriazu descubrió a las dos parejas disfrutando de unos días de vacaciones juntos y en los que Felipe y Gigi no escondían precisamente su amor. Sin saber quién era aún esa joven que acompañaba el entonces príncipe, y paparazzi decidió acudir a un detective que a su vez decidió pintar el teléfono decís para averiguar su identidad, algo que evidentemente provocó que la Zarzuela, al enterarse, se pusiera en contacto con el FBI y detuvieron al paparazzi, que pasó unos meses en la cárcel.
Curiosamente fue precisamente la Zarzuela la que meses después movió hilos para que, junto al ministerio de exteriores, se rebajar la condena del paparazzi con la condición de que éste nunca más se acercara un miembro de la familia real.