Llamar a Juan Carlos I “el hombre de las cinco mil amantes” quizá pueda sonar exagerado, pero según el ex coronel Amadeo Martínez Inglés, esta cifra se queda corta en comparación a la cantidad de mujeres que pasaron por la cama de Juan Carlos I, y como esto no es una operación personal, sino que Zarzuela estaba enterado e incluso invertían esfuerzos en satisfacer la líbido inacabable que presumía Juan Carlos I.
La reputación de aventurero sexual del padre de Felipe VI es cuanto menos de carácter público y además confirmado, aunque no podemos afirmar a ciencia cierta que Juan Carlos I estuvo con 5.000 amantes, o más, o menos. Se sabe que estuvo con un montón de mujeres, y una buena cantidad ni siquiera era de España.
Mujeres de todas partes, Zarzuela les pagaba a muchas
Probablemente el emérito haya logrado pasar en su vida noches con al menos una mujer de cada nacionalidad del mundo, hito que para alguien de la talla de Juan Carlos I no es tan descabellado, pero lo que es cierto es que al emérito le gustaban las mujeres extranjeras, se le notaba, por lo que no lo ocultaba y además Zarzuela se encargaba de que el entonces rey estuviera muy bien “alimentado”, además de controlado, pues un escándalo de ese nivel no se les podía salir de las manos.
Como especifica el ex coronel en su libro, la gran mayoría de las señoritas con las que pasaba incontables noches Juan Carlos I “eran y son prostitutas”, trabajadoras sexuales que cumplían con esa profesión que habían escogido y además recibían probablemente muy buen dinero, dinero que salía no del bolsillo de Juan Carlos I, sino del contribuyente.
También hay que decir que el hecho de que Juan Carlos I pagase a trabajadoras sexuales no implica que las miles de mujeres que han pasado por su cama lo sean. El emérito era muy caprichoso y cuando le gustaba una mujer no la dejaba hasta que lograra tenerla en la cama. Aún así tenemos registros de mujeres que firmemente han agitado la cabeza de manera negativa a la influencia y dinero de Juan Carlos I.
No quedan por fuera las mujeres que podían hablar
El mayor inconveniente de que el emérito se viera con tantas mujeres diferentes era la cantidad de testigos e involucradas que podrían salir a la luz después, mujeres que decidieran contar la verdad de lo que hicieron junto a Juan Carlos I en la cama, y esto es algo que Zarzuela no podía permitir, o al menos debía evitarlo, y es por eso que pagaban también a muchas mujeres que pudieran amenazar con contar lo que habían hecho, muchas veces con la misma intención de buscar algún soborno con el cual guardar silencio permanentemente, pero a pesar de todo han quedado “amigas especiales” de Juan Carlos I que han decidido contar su presunta relación con el emérito, algo que ni Zarzuela con todo su dinero ha podido evitar.