La corona siempre ha sido celosa con su información confidencial, todo aquello que no quieren que sea conocido por el público se convierte en algo que no debe salir a la luz bajo ningún concepto. Evidentemente hay ocasiones en las que termina pasando y se convierte automáticamente en un escándalo y la comidilla de los medios. Por su parte Zarzuela nunca confirma o desmiente nada, lo cual no hace más que empeorar su situación, y en el caso de Letizia han sido especialmente estrictos con lo que permiten que se sepa de la consorte y de su presente y pasado, llegando al punto de revisar propiedad privada de alguien que fue familia de la consorte en busca de cualquier documento que pudiese comprometer la intimidad de la consorte.
Esto lo supimos gracias al que probablemente sea el enemigo público número 1 de Letizia, el periodista Jaime Peñafiel, dedicado día tras día a mostrar “la verdad” de la casa real, algo que definitivamente le ha ganado la enemistad con Zarzuela, pero eso nunca lo ha detenido.
“Letizia y yo”, un cúmulo de secretos guardados a mal recaudo
En su libro, el autor contó con ayuda de personas que fueron cercanas a Letizia, como su primo David Rocasolano, pero quién nos importa en este caso es Jaime del Burgo, abogado y ex esposo de la hermana de la consorte, Telma Ortiz. Estos dos se casaron en 2012, pero desde antes el empresario ya conocía a Letizia y se enamoró de ella, tanto que le compró un anillo incluso y estaba en sus planes el matrimonio, pero ya sabemos que Letizia terminó casándose con Felipe VI y se ha mantenido con él hasta el día de hoy, pero eso no detuvo a Jaime del Burgo, quien incluso ofreció sus servicios de abogado a la consorte en caso de que Felipe VI decidiera no cumplir su acuerdo matrimonial en caso de un divorcio. ¿El resultado de todo eso?, en 2011 cortaron totalmente su relación. Jaime del Burgo recibió una llamada de Letizia mientras estaba en Londres, y todo lo que escuchó fue “tenemos que dejar de vernos”.
Jaime del Burgo siguió involucrado con la realeza por su matrimonio con Telma Ortiz, pero esto no lo exentó de tratos cuestionables por parte de la realeza. Como él mismo especificó en el libro de Jaime Peñafiel, su domicilio fue registrado por el CNI en busca de documentos que pudieran convertirse en una piedra en el zapato para la realeza o para Letizia.
Aparentemente no encontraron nada pero lo que no sabían es que el abogado guarda todos los documentos de esa índole en una caja fuerte a buen recaudo, pero no deja de ser un testimonio de los extremos a los que puede llegar Zarzuela para controlar la información que no quieren que se divulgue sobre ellos. Lo que no resulta tan positivo para ellos es que en el mundo y en la sociedad en la que vivimos es muy difícil controlar la información una vez se les ha escapado de las manos.