La reconocida reputación de mujeriego que rodea al rey emérito Juan Carlos I es indiscutible. Mientras algunos expertos en asuntos de la Casa Real afirman que el padre de Felipe VI tuvo relaciones íntimas con más de mil mujeres, otros informes sugieren que esta cifra apenas se acerca al número total de amantes del ex monarca, que podría llegar fácilmente a las 5.000. Aunque figuras como Corinna Larsen, Bárbara Rey, Marta Gayá y Queca Campillo son conocidas como parte de esta extensa lista de "amigas especiales" del emérito, es importante destacar que muchas otras mujeres también forman parte de su historia, cada una con su propia y significativa narrativa.
Detrás de las luces y la pompa de la realeza española se esconde una historia poco conocida y llena de intrigas: la vida de Nadiuska, una de las amantes más enigmáticas de Juan Carlos I, que ha pasado de ser una femme fatale de la Transición española a enfrentar una lucha interna contra la esquizofrenia en un hospital psiquiátrico. Nadiuska, cuyo verdadero nombre es Roswicha Bertasha, cautivó a una generación con su belleza y sensualidad en la década de la Transición. Desnudos en revistas, un papel en una película junto a Arnold Schwarzenegger y fiestas exclusivas fueron parte de su vida. Sin embargo, a partir de 1999, su vida dio un giro drástico. Diagnosticada con esquizofrenia, la actriz desapareció de la escena mediática y pasó a ser atendida en el hospital psiquiátrico Alonso Vera, donde estuvo recluida durante tres años. Tras su diagnóstico, luchó contra problemas económicos, intentó nuevos emprendimientos y experimentó un declive en su carrera actoral, por lo que tuvo que mudarse a un pequeño piso en Chamberí.
Gritos de amor y confusión: El curioso episodio de las sábanas negras en la ventana
Una corresponsal de ‘La Razón’ se acercó al modesto piso de la ex estrella, pero le fue casi imposible mantener una conversación coherente con ella. Eso sí, estaba realmente empeñada en gritar a los cuatro vientos que su novio “es el Rey Juan Carlos, pero Javier Sardá me manda mensajes de amor desde “Crónicas marcianas”. Hay personas cercanas al Rey que quieren deshacerse de mí. No les gusta que estemos juntos, por eso tengo sábanas negras en la ventana, para que no me descubran”.
La actualidad de Nadiuska es una vida de reclusión y lucha contra su enfermedad neurológica. Bajo el cuidado de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús en un centro de Ciempozuelos, su rutina se compone de visitas médicas y momentos de oración en la capilla. Sin familia cercana ni amigos que la visiten, su única compañía es su fe católica.
Un paralelismo sorprendente
Aunque en diferentes circunstancias, la historia de Nadiuska refleja ciertos paralelismos con la vida del rey emérito Juan Carlos I. Ambos enfrentan la soledad y la pérdida, ya sea en el exilio en Abu Dabi o en la reclusión de un centro de salud mental. Sin embargo, a pesar de la oscuridad que ha rodeado a Nadiuska, se relata que su situación está mejorando. Aunque su mente se encuentra nublada, ha encontrado paz en su presente. Al igual que el rey emérito, Nadiuska sigue enfrentando los desafíos de su vida con la valentía de quien ha vivido luces y sombras en igual medida.