En las últimas semanas, la vida conyugal de los reyes de España ha tomado un giro sorprendente, revelando grietas irreparables que han llevado a Felipe VI y Letizia por caminos separados. La supuesta infidelidad de Letizia con Jaime del Burgo, que salió a la luz recientemente, se ha convertido en el punto de quiebre de una relación que ya enfrentaba desafíos internos.
Aunque la Casa Real intentó mantener en secreto la vida paralela de la reina, las declaraciones del ex marido de Telma Ortiz han expuesto la verdad, sumiendo a la monarquía en una crisis de la que le resultará difícil recuperarse. La relación de Felipe VI con Letizia ha sido profundamente afectada por esta revelación, y la imagen de los reyes se ha visto gravemente dañada.
Infidelidad real: Letizia y el escándalo con Jaime del Burgo
A través de sus redes sociales y sus confesiones a Jaime Peñafiel, del Burgo, quien asegura haber estado profundamente enamorado de Letizia, reveló un amorío que, según él, llevó a la madre de Leonor y Sofía a considerar abandonar su posición real. La relación llegó a su fin en 2014, coincidiendo con una crisis que, en su momento, se pensó estaba relacionada con el caso Nóos y las acciones de Juan Carlos I. Sin embargo, ahora parece tener matices más profundos.
Vidas separadas: distancia física y emocional
El impacto en la relación entre Felipe VI y Letizia es innegable. A pesar de que no se vislumbra un divorcio inminente, muchos señalan que la situación actual podría cambiar en el futuro. Y es que, a pesar de seguir casados, han optado por llevar vidas separadas. Letizia, consciente de las tensiones y el escándalo circundante, ha optado por centrarse en sus responsabilidades reales, alejándose de la esfera pública que rodea su vida personal. Por otro lado, Felipe VI se ha desconectado de Zarzuela, prefiriendo disfrutar de su tiempo libre con amigos y amigas, especialmente durante cenas fuera de protocolo, buscando mantener una apariencia de normalidad ante la creciente atención mediática sobre su matrimonio. Sin embargo, la presión de ser percibido como "cornudo" no ha sido fácil de manejar para el rey, a pesar de que conocía la infidelidad desde hace mucho tiempo. Su reputación se ha visto afectada, de manera similar a la vivencia de su madre, la reina Sofía, quien ha sido señalada como la "cornuda" más grande de España a lo largo de seis décadas.
Las declaraciones de Jaime del Burgo ha desencadenado una crisis más intensa que la experimentada entre 2013 y 2015. Como resultado, han tomado la decisión de distanciarse. En los últimos días, los reyes no solo han optado por dormir en habitaciones separadas, como es su práctica habitual, sino que han llevado esto a un nuevo nivel al estar a una distancia de un kilómetro. Felipe VI ha elegido quedarse en la residencia de la reina Sofía en Zarzuela, mientras que Letizia ha buscado refugio en el pabellón del príncipe. La convivencia se ha vuelto insostenible, marcada por la desconfianza y los desencuentros.