Victoria Federica, la hija de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, ha sido objeto de numerosas críticas y titulares en el mundo de las redes sociales y la farándula. Aunque ha intentado incursionar en el mundo de las influencers, su falta de éxito y algunas controversias han generado comentarios desagradables.
La joven, apodada Vic por sus amigos, ha luchado por hacerse un nombre en el mundo de las influencers, pero ha encontrado obstáculos en el camino. Ha seguido a otros influencers famosos, buscando su atención y apoyo, pero ha sido ignorada e incluso calificada de "parásito" por algunos.
Victoria Federica, la gran rechazada en el mundillo influencer
Según el experto en redes sociales Marc Florensa, Victoria es considerada la oveja negra de la comunidad de influencers. Su intento de subirse al carro sin mucho esfuerzo ha generado rechazo entre otros profesionales del sector. “A Vic Fede nos la han metido con calzador. Otros influencers que si se han trabajado llegar donde están, como Jessica Goicoechea, por ejemplo, que ha trabajado muchísimo en campañas, ha hecho sus propias empresas… no quieren contribuir a la proliferación de estos perfiles. Relacionarse con un perfil que tiene más repercusión que ella para ser llamada influencer, cuando realmente solo tiene un apellido, pues… Eso hace que no quieran relacionarse con ella”, añadió.
A pesar de las críticas y el rechazo, Victoria Federica no se rinde en su intento de convertirse en una influencer reconocida. Lo cierto es que gana sumas impresionantes por posados y colaboraciones. Según la periodista Lorena Castells, le pagan la impresionante suma de 3.000 euros por posado.
A Victoria Federica le gusta experimentar
Pero no contenta con ello, busca destacar aún más. Por ejemplo, como cuando protagonizó titulares al ser vista besando a otra mujer, Marta Díaz, a la salida de una discoteca.
Este incidente no es la primera vez que Victoria Federica muestra interés por relaciones no convencionales. Algunos medios han afirmado que, a los 16 años, tuvo un flirteo con una compañera de clase. Aunque era consciente de la educación conservadora de sus padres, la infanta Elena y Jaime de Marichalar, no pudo explorar más esa relación debido a su edad y posición social.
El tonteo de Victoria Federica con una compañera de clase revela una faceta de su vida privada que contrasta con la imagen pública de la monarquía española. Aunque han pasado solo siete años desde entonces, demuestra que, incluso en círculos de alta sociedad, las relaciones no heterosexuales enfrentan obstáculos y tabúes.