La familia real está en un punto de inflexión en su historia, por una parte están los reyes y sus problemas relacionados con su matrimonio y la forma en la que resolverán sus diferencias en un intento por llevar adelante la corona, pero más allá de esto están en un momento donde sus integrantes más jóvenes empiezan a destacar por entrar en la edad donde finalmente empezarán a dar los primeros pasos de la adultez o ya están desempeñando vidas de adultos, y según qué casos la prensa se ha enfocado más en algunos de los más jóvenes por lo polémicos que se han vuelto sus casos.
Por costumbre los más mencionados en este contexto son los hijos de la infanta Elena, Victoria Federica y Froilán de Marichalar. Los dos le han dado a su madre una notoriedad no deseada por la mala imagen que le generaban no sólo a ella sino a la corona, un problema que resolvieron a medias enviando a Froilán con su abuelo a Abu Dabi en búsqueda de alejarlo de las malas juntas de España, pero con Victoria Federica las consecuencias no han sido tan graves, o al menos de momento.
El ejemplo de Victoria Federica ha “inspirado” a otros de su familia
La hija mayor de la infanta Elena tomó el camino del influencer y al menos a ella le ha salido rentable, cobra buen dinero, no tiene que estudiar algo que no quiere y además viaja por el mundo, pero esto no es algo que guste a su madre así como no gusta a los reyes, quienes han intentado que Victoria Federica retome los estudios o no de mala imagen a la corona, pero lejos de detenerla parece que otros jóvenes Borbón quieren seguir un camino similar.
Ya hemos hablado de Irene Urdangarin, la hija menor de la infanta Cristina, que ha tenido muchos problema para continuar sus estudios, falló el ingreso a la escuela de hostelería y tampoco ha podido sacar la licencia de conducción, pero ahora es su hermano, Pablo Urdangarin, quien se posiciona debajo de los focos por su conducta y desempeño durante los últimos meses.
El hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin es el único de sus hermanos que decidió seguir los pasos de su padre en el balonmano, difícil decisión dado que tiene que vivir a la sombra del desempeño de su padre, el cual consideran no ha sido capaz de igualar hasta el momento.
Pablo Urdangarin, al igual que su prima, ha dejado los estudios y se está dedicando en su totalidad al balonmano, donde su desempeño es bastante promedio, y a su novia, la cual se ha visto en un conflicto pues ella sí continúa con sus estudios y no tiene el tiempo que le gustaría para pasar junto a Pablo, por lo que el hijo de la infanta Cristina se está ganando una mala imagen que podría repercutir incluso en su carrera deportiva. Por suerte para el balonmanista, aún es joven y puede meditar el camino que desee tomar con su vida, uno que de preferencia no le haga recibir llamados de atención de su familia.