Casa Real

Las triquiñuelas de Jaime Marichalar para casarse con Elena: Todo era mentira

Los problemas empezaron con sus hijos.

Foto: GTRES
Barcelona. Lunes, 15 de mayo de 2023. 00:00 / Actualizado: Martes, 09 de abril de 2024. 09:54
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Jaime Marichalar / GTRES

Se ve de todo en los matrimonios, historias de verdadero y legítimo amor, tanto felices como trágicas, así como hemos visto las relaciones más ruines, infelices e interesadas, cada matrimonio es un mundo, y en el caso de la realeza, lo que pase en el matrimonio es de interés público (algo que sucede también en otros aspectos de la realeza), los que destacan especialmente son aquellos que no van bien, y en lo que respecta al matrimonio de Jaime Marichalar y Elena de Borbón, todo el matrimonio fue “una mentira”.

Jaime de Marichalar / GTRES
Jaime de Marichalar / GTRES

Un matrimonio fruto del interés

Esto es algo que ya se sentía dentro de las paredes de la casa real, la reina Sofía siempre pensó que el matrimonio de Elena fue fruto de interés y no de amor, como ya explicaba hace años la periodista Carmen Enriquez en su libro “Sofía: nuestra reina”, esto iba movido por la acusación de que Jaime Marichalar solo buscaba el renombre y prestigio de la familia real.

El matrimonio en sí, tiene mucho tiempo desde que terminó y aún más tiempo desde su inicio, aún vivíamos en el milenio pasado cuando en el año 1994 la pareja anunciaba su matrimonio, en aquel momento su relación era muy desconocida y se habían avistado juntos en un par de ocasiones, pero eso no evitó que formalizaran su unión en Sevilla.

Elena aceptó al banquero proveniente de una familia aristocrática soriana dijo que “no paró hasta convencerla”, pero parte de su familia lo veía con malos ojos, como Don Juan Carlos quien se quejaba de su actitud “ceremoniosa”, pero Sofía estaba encantada con sus modales y educación, y el resto es historia, la pareja se casó y se fue a Australia de luna de miel, desde entonces tuvieron un matrimonio bastante tranquilo, sin incidencias.

Los problemas empezaron con sus hijos

Cuando se plantearon tener descendencia, llegaron Felipe y Victoria a las vidas de Elena y Jaime, y junto a eso, surgió una brecha entre los dos, proveniente de sus diferentes estilos de vida, Marichalar empezó a trasnochar y vivía con un horario paralelamente inverso al de Elena, mientras la doña se levantaba, Jaime Marichalar se iba a la cama, mientras Elena vivía una vida tranquila, llevaba a sus hijos al jardín de infancia y montaba a caballo, el banquero pasaba las noches despierto y con una vida social increíblemente activa, lo cual no agradaba del todo a Elena, pero lo que más cuestionaba su familia.

La infanta Elena montando a caballo
La infanta Elena montando a caballo

Esto va sumado a las “triquiñuelas“ a las que recurrió Jaime Marichalar, algo que no le gustaba a la familia de Elena, por ejemplo, la adición de “de” a su nombre para hacerlo sonar más aristocrático, y una mentira en su currículum, en el cual especificaba que era economista, cuando la realidad es que no estaba licenciado, todo esto apunta a que el ensimismamiento por parte del “economista” por concretar su matrimonio iba más por el caché que por un legítimo amor hacia Elena.