La vida de las celebridades tiene un problema que todos comparten, quizá algunos no le otorgan tanta importancia mientras que otros irán hasta el fin del mundo con tal de preservar su privacidad. Los paparazzi son una constante en este mundo y siempre resultan objetivo de un debate sobre los límites de la ética y la moral.
Un experto en vivir alrededor de estas cosas es sin duda el rey Felipe VI, quien desde siempre ha vivido rodeado de cámaras y prensa, llegando a un momento a sus 25 años en el que la repercusión fue tal que el FBI se involucró. Todo empezó con el tiempo de Felipe VI en Washington, época durante la cual compartía piso con su primo Pablo de Grecia.
El paparazzi que llegó a pinchar el teléfono a la novia del rey
Ya había pasado un tiempo desde que el entonces príncipe de Asturias había dejado su relación con Isabel Sartorius, algo que dejó profundamente tocados a los dos y representó un momento difícil para Felipe VI, aunque el tiempo pasó y conoció a otra joven misteriosa que luego conoceríamos como Gigi Howard, quien se considera una de las novias del rey, pero que fue desmentido por ella bajo juicio.
La razón por la que llegaron a un juicio en primer lugar fue por lo que tuvo que pasar Felipe VI y su compañía, quienes fueron perseguidos por Hugo Arriazu, un paparazzi que les encontró por primera vez en San Martín, una isla del caribe desde la cual empezó a seguirles el rastro, y por si esto ya no fuera suficiente, habría utilizado estrategias cuanto menos cuestionables.
No solo el entonces príncipe de Asturias tuvo que pasar con esto, su primo le acompañaba junto a su propia pareja, Marie-Chantal, pero la intriga estaba en descubrir quién era la joven que acompañaba a Felipe VI, evidentemente en ese momento no tenían un nombre bajo el cual se le pudiera llamar.
Condenado a seis meses de prisión
El paparazzi siguió a la pareja hasta Nueva York, incluso contrató un detective que pinchó el teléfono de Gigi Howard con tal de escuchar las conversaciones que ocurrieran entre ellos, algo que ya hubiera sido suficiente para condenarlo por escucha ilegal, y no pasó mucho para que Hugo Arriazu finalmente fuera detenido.
Un día el paparazzi se dirigía a la vivienda de Gigi Howard, pero antes de llegar a su destino es interceptado por un vehículo del cual se bajan dos personas identificándose del FBI, con el objetivo de detener a Hugo Arriazu e imputarlo por sus actos en torno a la vida privada de Felipe VI.
Finalmente salió de prisión luego de dos meses bajo libertad condicional en el juicio que se celebró en 1996, mismo juicio en el que Gigi Howard desmintió su relación con Felipe VI. Esto bien pudo ser porque para ese momento ya no existía relación, o simplemente la casa real presionó para que evitaran confirmarlo oficialmente.