Carla Vigo, la sobrina de la reina Letizia, ha tenido muchos problemas de salud. El 2023 no fue su mejor año. La joven acabó ingresando varias veces en el hospital. Cuatro ingresos en total, que se sepa. Señalan los expertos que el suicidio de su madre, Erika Ortiz, cuando Carla solo tenía 6 años, le ha pasado factura.
En marzo, después de su primer ingreso, Carla Vigo reconoció que tiene problemas desde que tenía 8 o 9 años. "A los 14 empecé a hacerme daño y a los 8 o 9 ya me veía fatal en el espejo", escribió Carla en las redes sociales el pasado mes de marzo, después de su primer ingreso hospitalario. Sufre TCA, un trastorno contra el que ha estado combatiendo durante años, y que tiene que ver con la percepción del cuerpo. Ello le ha generado bulimia.
Un 2023 complicado para Cara Vigo
En julio, sufrió otra crisis de ansiedad que la llevó a urgencias. Carla volvió a compartir públicamente sus desafíos de salud mental. Posteriormente, el 19 de agosto, mientras sus abuelos estaban celebrando el cumpleaños de su nieta Erin, recibieron una llamada de emergencia desde el Hospital de la Paz en Madrid. Carla había sido ingresada de urgencia nuevamente. Era el tercer ingreso del año en un centro hospitalario. Y a principios de septiembre, otra vez. Aunque no se sabe con certeza qué la llevó al hospital esta vez, si sus problemas mentales u otro percance.
Todos estos problemas de salud han fastidiado sus planes de ser actriz. La chica tenía un futuro prometedor en el mundo del espectáculo. Participó en un vídeo con Amor Romeira y consiguió un papel en la obra "Yerma" de Rafael Amargo. Además, el artista le ofreció la posibilidad de participar en la producción teatral "La cabeza de Salomé", que se estrenó en octubre en el museo Carmen Thyssen de Málaga. Pero el tratamiento que le recetaron los médicos le impidió participar en el proyecto, ya que Carla no podía asistir a los ensayos ni al estreno.
Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz piden ayuda a Letizia para Carla Vigo
Ahora parece que, poco a poco, Carla está viendo la luz al final del túnel. Por suerte, sus abuelos, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, están ahí para ella a cada paso para ayudarla en lo necesario. Tanto es así que han mandado un SOS a su tía Letizia, para que la consorte le pueda encontrar oportunidades profesionales que le ayuden en su recuperación, usando algunos de los contactos que tiene.
Pero Letizia no quiere mojarse. La reina está muy pendiente de su sobrina desde la sombra y la ayuda en todo lo que puede. Se conoce que Letizia está muy sensibilizada con las personas que sufren enfermedades mentales. Pero no quiere usar sus influencias para favorecer a nadie en el aspecto laboral, aunque sea alguien de su familia. No quiere que nada pueda salpicarle en el futuro y que alguien le pueda echar en cara tratos de favor.