Hace algunas semanas, Leonor dio inicio a su formación castrense. Debe comportarse y ser tratada como un soldado más, obtener los conocimientos necesarios y tener la preparación para llevar el mando de las Fuerzas Armadas Españolas en el futuro. Una vez que culmine este año de aprendizajes militares, la hija de los reyes obtendrá el título de Dama Cadete del Ejército de Tierra. Este es tan solo un paso más para cumplir el objetivo, así como su padre y su abuelo. Sin embargo, será complicado. La princesa habría contactado a Felipe VI para pedir ayuda.
El hecho de que Leonor asista a la Academia Militar no es un capricho del rey Felipe. El rey de España tendrá, además, la facultad de disponer de las Fuerzas Armadas, según dicta el artículo 62 de la Constitución. La princesa de Asturias es consciente de esto, por lo que tendrá que cumplir con un año de estudios en Zaragoza y continuar así su recorrido por las distintas academias. En junio del 2024 irá a la Escuela Naval de Marín y pasará a formar parte de la guardia marina en el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Un año después, seguirá a la Escuela del Ejército del Aire.
Cuando cumpla los tres cursos, podrá hacer gala de su nuevo rango de teniente en Tierra y Aire, y de alférez de navío. Se prevé que esto sucederá en la promoción del 2026/27. Su padre, que cursó la misma carrera, aseguró el día de su despedida que intentó infundir confianza y darle algunos consejos. Aunque de poco sirvió, pues su hija no quiere continuar en la academia.
Leonor no está a gusto en la Academia
Cualquier joven que no tenga vocación militar se sentiría aterrada e indispuesta ante el reto que supone hacer una carrera de tres años en las academias militares más importantes de España. Pero la nieta de los reyes eméritos no es una joven ordinaria, hay muchos argumentos por los cuales su formación debe ser de esta manera. A pocos días de su llegada, Leonor ya se comunicó con Zarzuela para dejar claro que no la está pasando bien. Por los momentos, se le asignó un terapeuta para que la ayudara a afrontar estos momentos de crisis.
A decir verdad, no le gusta el ambiente y no está acostumbrada a tantas reglas. Mientras el rey le dice que debe aguantar, la reina está en un estado constante de alerta. Al saber que su hija está incómoda y desesperada por volver, no puede mantener la calma. Hace unas semanas, la joven ha tenido que decir frente a las cámaras que tiene “muchas ganas” de iniciar su instrucción militar. La heredera al trono asume esta etapa como un deber. En los momentos previos a la entrada a la academia, no pudo disimular sus nervios. Su rostro demostró una mezcla de preocupación y derrota.
Al parecer, las imposiciones de la vida militar superan por mucho a la princesa Leonor. ¿Será capaz de adaptarse en los próximos días a este enorme reto?