Todo el mundo habla de la relación de la reina Sofía con Juan Carlos I y de todo lo que ha significado el compromiso de ambos. ¿Compromiso? Eso mismo ha sido, pues el deber para la familia real va mucho antes que los deseos propios. Según Pilar Eyre, ni Juan Carlos ni Sofía de Grecia se querían el uno al otro. No estaban enamorados y aquel matrimonio podía ser visto como uno por conveniencia, que era, de cierta forma, lo que era.
A día de hoy se ha notado un poco la distancia entre los eméritos con el paso de los años, aunque también durante los últimos meses se ha podido notar que los dos han querido estar en buenos términos, y las pruebas están en las constantes llamadas que se hacen los eméritos. Uno en España y otro en Abu Dabi. Sin embargo, es triste pensar que esta distancia es la que era palpable incluso cuando ambos eran más cercanos. Irónico. De hecho, esta misma distancia fue la que estuvo durante la noche de bodas de la reina Sofía.
No fue la mejor noche de bodas, eso seguro
Juan Carlos I no quería casarse con su prometida. Este ya estaba con muchas otras mujeres en aquel entonces, siendo una de estas la condesa Olghina de Robilant, uno de los amores más palpables que tuvo el emérito durante su juventud. Sofía de Grecia tampoco quería casarse con Juan Carlos I, pues ella tenía otro tipo de intereses amorosos. Sin embargo, su madre al final la terminó uniendo al príncipe de España, y ya el resto es historia.
No obstante, la noche de bodas de seguro no fue nada bonita para ambos. Todo el día fue muy frustrante y aprensivo para Juan Carlos I. En aquel entonces el pueblo de Grecia no quería mucho a la monarquía y no era para nada bien recibido que la casa real se gastara mucho dinero en la celebración de la boda de Sofía de Grecia, porque sí, la boda de Juan Carlos I se llevó a cabo en Atenas el 14 de mayo de 1962.
Con este contexto, la estadía del futuro rey de España no fue la mejor del mundo, tanto que en la noche todo lo que hizo fue “soltar tacos en castellano”, tal como lo ha dicho Pilar Eyre. Hoy es notable que ninguno de los dos quería llevar a cabo el compromiso mencionado con anterioridad. Sin embargo, era lo que debían hacer por petición de sus familias. Luego de haber tenido a Felipe VI, estos no se esforzaron en lo más mínimo en hacer que aquello pareciera una relación, aunque lo cierto es que Juan Carlos I siempre estuvo muy pendiente de sus hijos y esto ha sido motivo de apreciación para la reina Sofía. Hoy en día parece que quieren dejar las cosas mejor establecidas, tanto que se hablan por videollamada el uno al otro mientras que están a cientos de kilómetros de distancia.