No son los mejores días para el principado de Mónaco, pues lo que ocurre entre sus miembros no es algo que haya iniciado recientemente, pero sí ha sido enorme el escándalo que ha desatado los últimos meses. A Alberto de Mónaco se le están saliendo los rumores de las manos, algunos ya dados por hechos por buena parte de los lectores e inevitablemente ha causado un daño a su imagen, y es eso lo que realmente lastima a la monarquía, y tal como la confianza, puede tardar años en generarse y segundos en caer destrozada.
En el caso del príncipe Alberto y Charlene de Mónaco, siempre se esforzaron en dar la imagen de un matrimonio idílico, pero lamentablemente para ellos desde hace más de un año su fachada se ha caído a pedazos de forma acelerada. El punto de quiebre fue cuando la ex nadadora olímpica viajó a Sudáfrica y se quedó “atrapada” allá durante meses bajo la excusa oficial de una infección de oído que arremetió contra su vida. Sin embargo, la versión que se tomó por encima de esta era la que aseguraba que Charlene de Mónaco estaba “escapando” de Mónaco, y solo volvió por los 12 millones de euros por año que le ofreció Alberto de Mónaco.
Se barajan diferentes motivos que intentan justificar un matrimonio artificial
Para empezar, el matrimonio empezó mal en sí mismo, se habló de que Charlene de Mónaco pensaba dejar a su actual esposo en el altar. Finalmente se le disuadió de esto y por eso estamos donde estamos, pero la información que añadió la prima de la ex nadadora olímpica resulta bastante reveladora al momento de asumir cómo es el matrimonio de los príncipes realmente.
Christa Mayrhofer-Dukor afirmó que Charlene de Mónaco tuvo un aborto, momento bastante complicado tanto para ella como para Alberto de Mónaco. Pensaban que “nunca podrían darle un heredero a la corona”. Lo verdaderamente escandaloso es la parte de la fecundación in vitro a la cual se sometería Charlene y de donde habrían nacido Gabriella y Jacques, confirmando que los príncipes ni siquiera comparten la misma cama.
Esto dio lugar a un montón de rumores y teorías más, como que el matrimonio de Alberto de Mónaco con su esposa solo era una tapadera para ocultar su homosexualidad. En realidad no se trataría de una completa falta de amor entre el príncipe y Charlene de Mónaco, que también, sino que Alberto II sería incapaz de mantener relaciones sexuales con una mujer, lo que nos lleva de vuelta a la fecundación in vitro.
No ayuda a nada que tengamos un antecedente de Alberto de Mónaco que a día de hoy sigue negando, pese a que antes de casarse con Charlene de Mónaco tuvo romances con mujeres e incluso se ha hablado de que tuvo dos hijos fuera de su matrimonio, se sigue recordando su aventura del 2003, cuando el príncipe fue visto en el Festival Gay Escandinavo de Suecia, cosa que sigue desmintiendo pese a todo.