Durante muchos años se habló de la pésima relación entre Juan Carlos I y su suegra, Federica de Grecia, quien solía referirse a él con motes muy crueles como ‘tenientillo de nada’. Sin embargo, esta complicada relación con su suegra no solo la vivió el rey emérito, sino también la reina Sofía, quien jamás llegó a entenderse del todo con la madre de su marido, María de las Mercedes de Borbón y Orleans.
Según Pilar Eyre, periodista y autora de la biografía "María la Brava", la relación entre Sofía y María de las Mercedes nunca fue fluida, y hubo varios desencuentros entre ellas a lo largo de su turbulenta relación. Parece que las tensiones comenzaron durante el primer contacto entre ellas, que tuvo lugar en la boda de Eduardo de Kent en 1961. Sofía, una enérgica joven de 23 años llena de ilusiones, disfrutó del evento, pero María de las Mercedes tenía la cabeza en otro lugar más oscuro y doloroso. Cinco años antes, su hijo Alfonso de Borbón había muerto trágicamente a causa de un disparo en la cabeza, siendo su otro hijo, Juan Carlos I, quien sujetaba el arma.
Esta lamentable tragedia creó una profunda grieta en la familia y el sufrimiento de María de las Mercedes era insoportable. Según Eyre, la reina consorte encontró refugio en el alcohol, aunque en Estoril, donde vivían a las afueras de España, la dependencia al alcohol de la madre de Juan Carlos I era un asunto prohibido que debían ocultar.
La boda de Juan Carlos y Sofía y el descuido de Federica de Grecia
Esta relación que no comenzó con el pie derecho se vio agravada durante la boda de Sofía y Juan Carlos en Atenas. A pesar de haber organizado una ceremonia majestuosa, Federica de Grecia cometió un gravísimo error que su hija pagaría muy caro con el pasar de los años: olvidó organizar el transporte de la familia del novio. Como resultado, María de las Mercedes y sus hijas, las infantas María y Margarita, tuvieron que viajar a la capital griega en un vuelo regular, mientras que Juan Carlos hizo su entrada triunfal a bordo de un velero.
Sin embargo, el verdadero enfrentamiento entre Sofía y su suegra ocurrió en un verano en la Costa Azul. Durante ese viaje, María de las Mercedes decidió llevar a sus nietas, las infantas Cristina y Elena, a la peluquería sin consultar a nadie. Para ella, raparles la cabeza era una tradición para que el pelo les creciera mucho más fuerte y saludable. Sin embargo, Sofía quedó en estado de shock cuando vio a sus hijas completamente rapadas. La reina Sofía no dudó en reprocharle esta decisión a su suegra, quien aceptó las quejas sin decir ni una palabra.
Un legado de tensiones: Los problemas similares con Letizia
Pero los problemas no se limitaron a los cambios de look. También hubo diferencias en cuanto a la educación de las nietas, dado que María de las Mercedes quería tomar decisiones importantes sobre el futuro de Felipe, Cristina y Elena. Lo curioso de todo esto es que tiempo más tarde ella enfrentaría problemas muy similares con la reina Letizia, quien no le permite interceder en la educación de sus hijas, Leonor y Sofía.