Casa Real

La reina Sofía salva la vida a ‘Paquita’, Letizia la intentó ‘liquidar’

La reina Sofía evitó que Paquita siguiera los pasos de Puskin

Barcelona. Lunes, 04 de septiembre de 2023. 15:38 / Actualizado: Lunes, 08 de abril de 2024. 10:52
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En la familia real, hasta antes de la llegada de Letizia, todos los miembros han sido muy amantes de los animales. El mejor amigo del hombre siempre estuvo presente en la Zarzuela antes de que la consorte pusiera los pies en palacio.

Juan Carlos y Sofía siempre tuvieron varios perros viviendo en los dominios de la Zarzuela. Asimismo, Felipe, Cristina y Elena se familiarizaron con ellos desde que eran pequeños. Mientras que en la actualidad la infanta Elena tiene un Fox Terrier, cuya verdadera propietaria es VictoriaFederica. Por su parte, Maria Zurita, la prima del rey, tiene a Zeta, un perro ‘salchicha’ que incluso tiene su propia cuenta de Instagram.

Letizia echó a Puskin de casa

Pero cuando Letizia llegó a palacio todo cambió. Empezando por Puskin, un Schnauzer al que cuidaba Felipe con mucho afecto. Sin ir más lejos, dormían en la misma habitación. Pero dejó de hacerlo cuando Letizia empezó a compartir habitación con el rey de España. Letizia lo echó al jardín, tal y como reveló Jaime Peñafiel en una de sus crónicas. La reina no quería dormir entre las mismas paredes que Puskin, así como tampoco quería verlo corriendo por los pasillos de la Zarzuela.

Puskin y Felipe
Puskin y Felipe

Distinto destino fue el de Valent, un cachorro de podenco ibicenco que Felipe y Letizia recibieron a modo de regalo en 2005, a raíz de la visita de los reyes a Ibiza. Felipe y Letizia se fotografiaron con él, dando a entender que estaban encantados con el regalo. Sin embargo, nunca más se volvió a saber del perro.

La reina Sofía salvó a Paquita por segunda vez

Los conflictos con los amigos peludos no acaban aquí. En su momento, la reina Sofía acogió a Paquita, un perro de raza mestiza que rescató en la Feria 100×100 Mascota. Pero Paquita que había sido abandonada semanas antes, tampoco tenía permitida la entrada a palacio. Su destino, como el de Puskin, también era el jardín. Por suerte para la perra, Sofía le salvó de una vida condenada a la intemperie.