La reina Sofía tiene una vida, cuanto menos, muy interesante. Solo hay que comenzar diciendo que es de las pocas reinas en el mundo que han sido hijas, esposas y madre de reyes. Esto le da un honor a su título que tiene bastante peso a la hora de hablar de ella, pero, sin lugar a dudas, quizás la faceta más conocida de Sofía de Grecia es la de esposa. El estar casada con Juan Carlos I le ha dado mucho protagonismo, tanto para bien como para mal. Es reina de España, pero también ha tenido que soportar infidelidades y muchas polémicas que han rodeado tanto a su esposo como a sus hijos.
Sin embargo, hay una parte de la vida de la reina Sofía que muy pocas personas conocen, y es que la reina emérita tuvo que pasar una época bastante mala en su vida, una época de la cual se acordará muy poco ya que ocurrió durante su niñez, pero a lo mejor y se acuerda, pues fue en las rudas condiciones en las que tuvo que vivir hace muchísimos años.
El pasado y la niñez de la reina Sofía en gran parte no es como lo podrías pensar
Hoy en día las cosas son de lujo para la esposa de Juan Carlos I, tiene todas las joyas que quiere y también come la comida que le provoca, todo con la apreciación y el valor real que se le da. Sin embargo, cuando apenas era una niña, tuvo que vivir de una forma poco cómoda, totalmente contraria a la forma en la que una miembro de la realeza debería de vivir.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Sofía de Grecia tuvo que exiliarse junto con su familia a Egipto, aunque también estuvieron en Sudáfrica. Sin embargo, no vivieron en las mejores condiciones durante todos esos años. En aquel entonces, cuando empezó la guerra, la reina Sofía apenas y tenía un año, por lo que durante los años siguientes esta tuvo que crecer en unas condiciones bastante precarias.
A esto se le suma que en aquel entonces Grecia no veía con buenos ojos a sus monarcas, por lo que la familia de la esposa de Juan Carlos I tuvieron que limitarse a alimentarse de hierbas. Vivían en una cabaña bastante pequeña, pero, eso sí, llena de ratas. La comida escaseaba, pero consiguieron salir adelante. Ya dos años después de terminada la guerra, Pavlos de Grecia subía al trono, haciendo que Sofía fuera oficialmente princesa.
Desde entonces, la actual reina emérita de España ha vivido entre lujos y con toda la comida que quiere, además de no tener que convivir con molestos roedores. Sin embargo, ha tenido que convivir con las infidelidades de Juan Carlos I desde que se casaron y actualmente lidia también con los problemas que giran en torno a sus hijas (los hijos de la infanta Elena y el divorcio de la infanta Cristina con Iñaki Urdangarin). Al menos lujo no le falta.