Si en la familia real todos fuesen actores, no hay duda en que Sofía de Grecia sería de esas que nunca se sale del personaje, pero a un nivel un poco más extremo. Hoy día la reina emérita vive en Zarzuela, bastante cerca de Felipe VI y Letizia, y aunque a lo mucho asiste a esos eventos a los cuales los reyes no pueden, se ha conservado como una de las royals más queridas de Europa, motivo por el cual siempre ha sentido la mirada punzante de Letizia en la nuca.
La esposa de Felipe VI quiere ser como su suegra, envidia el cariño que se le tiene y no parece que vaya a rendirse hasta obtenerlo, pero lo que la reina consorte debe entender es que la posición que tiene Sofía de Grecia se la ha ganado a pulso. A pesar de haber sufrido las miles de infidelidades de Juan Carlos I y que siempre haya tenido que ver cómo sus hijos se posicionaban del lado del emérito, siempre se ha mantenido en el papel.
El protocolo no puede faltar, jamás
A lo largo de los años la madre de Felipe VI ha dejado claro por qué es reina. Durante su tiempo en el trono junto a Juan Carlos I y hoy día como emérita siempre se ha apegado al protocolo y así exige que hagan todos sus conocidos sin excepción alguna.
No se trata solo de que Felipe VI o las infantas Elena y Cristina tengan que rendir reverencias a su madre, sino que precisamente aquí parte el primer error: para todos Sofía de Grecia es reina, y luego madre, por lo que no solo sus hijos, sino sus nietos de parte y parte hacían la respectiva reverencia a la reina emérita, y aunque la familia se haya fragmentado a causa del caso Nóos bien es cierto que la madre de Felipe VI sigue tan estricta como siempre con el protocolo.
Llega al punto de que no solo lo aplica con sus descendientes, sino también con sus iguales (recordemos, primero reina, después todo lo demás). Es por esto que hasta su hermana Irene de Grecia se apega al protocolo y hace la respectiva reverencia a su hermana cuando es necesario.
Sofía de Grecia es una mujer de tradiciones
No es secreto para nadie que Sofía de Grecia siempre ha sido una mujer muy arraigada a la tradición, y por ende al protocolo. La fijación de la emérita por esto solo es parte de su conocida personalidad. Podrán haber personas a favor o en contra de ella (tal como la mismísima esposa de Felipe VI), pero no parece que esto vaya a cambiar la forma de hacer las cosas de la emérita, la cual tiene prácticamente una vida entera con experiencia respecto a lo que es ser reina, y es probable que aún después de estar inactiva de sus funciones siga cumpliendo con el protocolo a rajatabla.