Los miembros de la realeza, aunque a veces no lo parezca, también son humanos. Y a los reyes también les afectan las mismas cosas que al resto de seres humanos. Así lo demuestran las dos enfermedades que padece el rey Felipe VI.
Resulta que el monarca tiene dos dolencias de las que Casa Real no quiere hablar mucho. Una de ellas es la onicofagia. En otras palabras: se come las uñas. Si te fijas bien en algunas de las fotos del rey, seguro que ves sus dedos con vendas o magullados por este vicio.
Felipe VI padece narcolepsia
La segunda es la narcolepsia. Jaime Peñafiel, en uno de sus chismorreos, habló sobre esta enfermedad de Felipe. Según él, de crío el rey era un poco malcriado, flojo en los estudios, faltón y con problemas de puntualidad, aparte de ser un poco despótico. “Su pubertad le provocaba cierta vagancia, somnolencia y falta de interés general. Se quedaba dormido hasta de pie. Si estaba sentado, Felipese dormía. Padece narcolepsia”, reveló el cronista especializado en la casa real.
La narcolepsia es una enfermedad que provoca sueño extremo durante el día, con episodios de siestas repentinas. Es una condición que no se cura, aunque hay tratamientos para aliviarla. Afecta la capacidad del cerebro para controlar los ciclos de sueño y vigilia. Ello explicaría por qué en algunas reuniones oficiales, el rey Felipe se ha echado sus siestas.
Una enfermedad que en su momento se lo hizo pasar muy mal a su madre, la reina Sofía. Era un problema cuando estaba en el colegio, pues en más de una ocasión tuvieron que despertarle. Y también cuanto estaba en la Academia Militar.