Algo que todos tenemos más o menos claro es que la vida no es infinita. Todos tenemos un final pendiente al cual llegaremos tarde o temprano, y es por ello que siempre se aconseja el vivir la vida al máximo, como si cada día fuera el último. Sin embargo, somos humanos y pensar en la muerte es normal, es algo de lo que no nos salvamos, y la realeza de España no es la excepción.
Felipe VI y Letizia aún gozan de juventud, viven su adultez día a día y si bien salen a la luz sus discusiones, pueden decir que tienen la mitad de la vida por delante, pero no es el caso de los eméritos, quienes ya han vivido aproximadamente el doble que los reyes. Juan Carlos I y Sofía de Grecia están en una edad válida para meditar sobre la muerte, o de ser posible, elegir hasta donde les sea posible la manera más cómoda para ellos de ver el final de sus vidas, y los dos lo tienen claro.
La elección de Juan Carlos I y Sofía de Grecia no podría ser más dispar
Hablando del emérito, tengamos en cuenta que hablamos del último rey de España (sin contar a Felipe VI), alguien que desde siempre ha sido conocido por su carisma y ha estado acostumbrado a la vida de la realeza sin ningún tipo de restricciones. Es por esto que Pilar Urbano, amiga de Juan Carlos I, ha hablado sobre cómo les gustaría que se les tratara después de llegar al descanso final, y la verdad es que ha sorprendido lo diferentes que son los deseos de cada uno.
Por parte de Juan Carlos I, Pilar Urbano dijo que quiere un entierro por todo lo alto, algo del nivel del que tuvo la difunta Isabel II, previa reina de Reino Unido y que era muy querida por su pueblo. Esto último se notó en su despedida final, y es comprensible que Juan Carlos I no quiera nada menos. Otra cosa importante es que el emérito no quiere morir fuera de España, situación delicada en vista de que gran parte de su tiempo la pasa fuera del país debido al exilio del 2020.
Juan Carlos I ha hablado de esto con Felipe VI y le ha dejado claro su deseo final, pero será cuestión de que llegue el momento para saber si el rey cumplirá la última voluntad de su padre. Mientras tanto Sofía de Grecia no opta por el entierro convencional ni quiere que se le entierre junto a su esposo. En realidad ella prefiere que se le queme y sus cenizas sean esparcidas por el mar, más específicamente el Mediterráneo o el Egeo. Según Pilar Urbano, Sofía de Grecia tomó esta decisión porque “es su mar”. Claramente no hay nada que junte a los eméritos más allá del documento que firmaron para su matrimonio, pues hoy día viven separados e igualmente fallecerán y descansarán separado.