La vida de la reina Sofía está marcada por el deber real, el amor no correspondido y el sacrificio personal. A pesar de estar enamorada de Harald de Noruega, su compromiso con Juan Carlos I fue un acto de lealtad a su posición real. Asumió su función con dignidad y dedicación, priorizando su deber sobre sus propios deseos.
Siempre ha sido una madre y abuela devota, pero antes que nada, una reina. A lo largo de los años, Sofía ha demostrado una fortaleza admirable, incluso en momentos de soledad y sufrimiento personal. Aunque su hermana, Irene, vivió una vida solitaria y humillante a manos de su esposo, Sofía demostró comprensión y perdón, sin guardar rencor.
El problema de María de las Mercedes de Borbón y Orleans con el alcohol
Además de cuidar a su propia familia, Sofía desempeñó un papel crucial en el cuidado de la madre de Juan Carlos, María de las Mercedes de Borbón y Orleans. Aunque María nunca fue reina, su sentido de la dignidad y la dinastía la habrían convertido en una monarca ejemplar. Sin embargo, los honores recayeron en su hijo, Juan Carlos I.
La tragedia golpeó a la familia real cuando Juan Carlos causó accidentalmente la muerte de su hermano Alfonso. Este evento devastador sumió a María en la oscuridad y la depresión, llevándola a refugiarse en el alcohol como una forma de afrontar su dolor insoportable.
“Estaba prohibido comprar alcohol en Villa Giralda (…) Pero al final era inevitable. Se descubrió: las botellas entraban camufladas dentro de los libros”. Los asesores de Don Juan le ayudarán a superar este obstáculo. “Se oyeron voces: Este problema hay que atajarlo. No es vicio sino enfermedad”, reveló Pilar Eyre en uno de sus libros.
A pesar de los esfuerzos por ocultar su adicción, el problema de alcoholismo de María se hizo evidente y requirió intervención médica urgente. Los asesores de Don Juan y el doctor López Ibor trabajaron incansablemente para ayudarla a superar su enfermedad, reconociendo que era una enfermedad que debía tratarse con seriedad y compasión.
La familia real prefiere guardar silencio
“Casi no he logrado conocer más detalles. Y no porque la situación fuera un secreto, pero los que la vivieron se cierran en banda, en un pacto de silencio hermético e inexpugnable. Nadie ha hablado. Fueron unos meses, años incluso, que quizá todos prefirieron olvidar”, añadía Pilar Eyre.
Aunque los detalles de esos difíciles momentos se mantienen en secreto, la dedicación de la reina Sofía a su familia durante ese tiempo oscuro es innegable. A pesar de las dificultades y el sufrimiento, ella permaneció al lado de María en todo momento, ofreciendo su apoyo incondicional y demostrando su fuerza y compasión como madre y reina.