Las aventuras de Juan Carlos I siempre han sido objeto de conversación y noticias, no solo en su época sino aún ahora. Inmensa es la cantidad de historias, rumores, testimonios y todo aquello que apunte a que el rey emérito ha tenido una vida ocupada en la cama o lugares para la misma finalidad. También se sabe de sobra que Sofía de Grecia estaba al tanto así como lo estamos todos nosotros y el público años atrás. No era un secreto para nadie, pero aún así, muchas veces la reina emérita no lograba encontrar a su esposo con las manos en la masa, el medio Socialité ofrece una historia muy curiosa al respecto.
El yate de los amoríos, pero Sofía de Grecia nunca encontró amantes
Es poco decir que la emérita sufría mucho los ires y venires de su esposo. Siempre lo ocultó pero nunca lo suficiente, con tantas amantes era imposible que Sofía de Grecia no se enterase, pero si no encontraba a la amante entonces no había delito, que es lo qué pasaba en este caso.
Según informa Socialité, Juan Carlos I tenía sus aventuras a bordo de un yate en más de una ocasión, en el cual era bienvenida la amiga especial de turno, pero era muy difícil saber lo que ocurría en vista de que resultaba difícil seguirle todo el tiempo. Esto ocurría en las costas de Marivent, lugar curiosamente tendencioso hoy día por todo el escándalo de las vacaciones de la familia real.
No hace falta especificar lo que hacía el entonces rey sobre su lujoso yate. Lo que resulta curioso era la reacción de Sofía de Grecia, que según la fuente con la que se puso en contacto el medio ya citado, tomaba sus medidas una vez alguien le daba el chivatazo de que su esposo estaba con otra mujer. Llegaba al punto de subirse a una moto acuática e ir a toda velocidad hasta su esposo, pero cuando llegaba no encontraba nada, pues ya era demasiado tarde.
Si nos apegamos a esta historia, ya resulta muy descabellado e incluso peliculero la decisión que tomaba Sofía de Grecia con la intención de ir a ver a Juan Carlos I y encontrarlo in fraganti, cosa que como ya dijimos nunca ocurrió.
El emérito tenía todo preparado por si llegaba su esposa
No era solo que Sofía de Grecia tardaba en llegar, sino que Juan Carlos I también tenía sus informantes. En el instante en el que el padre de Felipe VI se enteraba de que su esposa venía, tiraba a la amante de turno por la borda, así sin más, con la intención de ocultar el “delito”.
Esto le salía bien, pues era un plan completo sin fisuras. En el momento en el que él dejaba a sus amantes en el agua, posteriormente un bote de la guardia nacional las recogía, de esa forma se aseguraba al 100% de que Sofía de Grecia no le descubriría ni con la conducción más temeraria en moto acuática de toda España.