Siempre se ha dicho que los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía nunca estuvieron enamorados. Que lo suyo fue un matrimonio de conveniencia. Y que no tuvieron más relaciones de cama más allá que para concebir. De hecho, hay fuentes que aseguran que si la infanta Elena hubiera sido un niño, no habrían tenido más hijos. Tener otros dos después de Elena solo buscaba un hijo varón para heredar la corona.
Aun así, según lo que contó Jaime Peñafiel en República.com, fue suficiente para disfrutar de su intimidad de la forma más alocada. No se conoce que Juan Carlos llegara a hacer con alguna de sus amantes lo que consiguió con la reina Sofía: romper la cama.
Juan Carlos y Sofía en su noche más ‘salvaje’
Según explicó el cronista, el episodio sucedió en en casa de los Franco, en el Pazo de Meirás, cuando Juan Carlos todavía era príncipe. "La propia Sofía contó cómo fue de terrible aquella primera noche: 'Al ir a acostarnos se rompió la cama y nos caímos al suelo'. No especificó si, como podemos suponer, fue porque estaban follando. Se armó un ruido terrible y un jaleo con los barrotes, el somier, el colchón... 'Yo creí morirme de vergüenza. Y le dije, le supliqué a mi marido: por lo que más quieras, no lo cuentes”, reveló Peñafiel.
Aunque lo peor para Sofía vino luego. Concretamente, a la mañana siguiente. Según el periodista, Juan Carlos no tuvo reparos en contar a Franco su noche de lujuria nocturna: "Al día siguiente, le faltó tiempo para soltarlo nada más llegar al desayuno familiar. A Franco y a toda su familia les hizo mucha gracia".