Ya han pasado tres meses desde que los peores días de la realeza española en los últimos años dieran inicio. Cuando Jaime del Burgo decidió hablar sobre su affaire con la consorte Letizia quizá no esperaba que sus publicaciones tuvieran la repercusión y el efecto que finalmente tuvieron, motivo por el cual decidió eliminar y luego volver a publicar sus mensajes en X (antes Twitter), concluyendo que era una forma de que su voz llegara a cientos de miles o incluso millones de personas en comparación a lo que lograría diciendo lo mismo en televisión, por lo cual ha optado por la vía independiente al momento de esparcir lo que sabe sobre la realeza y de esta forma ha hecho mucho daño a la imagen de la corona, al punto que las cosas han cambiado radicalmente en Zarzuela.
Desde que Felipe VI y Letiziafueron coronados, siempre se ha sentido una autoridad superior proveniente de la consorte, pues durante este tiempo el rey habría permitido que Letizia adquiriera un poder de decisión considerable, llegando a entrar en discusiones con otros miembros de la familia real al permitir que la consorte hiciera y deshiciera cuanto quisiera, pero ya no es como antes.
La adicción secreta de la reina Sofía
Letizia pierde poder, le tienen puesto un mote despectivo
Cada vez se ven más lejos esos días en los que Letizia podía hacer y deshacer lo que quisiera dentro y fuera de Zarzuela. Con todo lo que pasó con Jaime del Burgo, el rey ha reconsiderado su posición y de forma significativa ha empezado a hacer uso de su autoridad, dejando a Letizia bastante de lado, tomando responsabilidad de las decisiones entre él e incluso su madre, Sofía de Grecia, que también había sido dejada muy de lado por la consorte en favor de su propia madre, Paloma Rocasolano.
La adicción secreta de la reina Sofía
Por todo esto, Letizia se ha agenciado otro mote, no es una novedad para ella pues desde que conoció a la familia de Felipe VI ya le habían asignado motes, e incluso en su trabajo en televisión donde se le conocía como “La Ficticia”, pasando por “La Princesa de Tolosa”, el cual le asignó despectivamente Juan Carlos I. Ahora, Letizia tiene el honor de que le llamen “la Ortiz” dentro de Zarzuela, y probablemente este apodo le duela mucho más que los anteriores.
Al menos “La princesa de Tolosa” tenía un carácter royal, incluía princesa en el mote, pero en este caso ocurre todo lo contrario, y es que llamarle por su apellido, “La Ortiz”, no es más que una forma muy despectiva de recordarle de dónde viene, de una familia sin ningún tipo de privilegio royal ni grandes cantidades de poder. Ahora que incluso Felipe VI la estaría dejando de lado Letizia no puede hacer mucho más que ver como no solo la familia del rey, sino incluso el personal de Zarzuela la descataloga como una royal, haciéndola volver a ese nombre que siempre ha tenido pero que intentó tapar con lujos y un título de reina, Letizia Ortiz.