Es bien sabido que desde que Felipe VI ascendió al trono, su esposa Letizia ha hecho todo lo posible por alejar a cualquier figura indeseada de la casa real, quizá como venganza por ser rechazada por todos en Zarzuela, empezando por el rey emérito Juan Carlos I, quien no estaba de acuerdo con la unión de su hijo con una “plebeya”, igualmente, como si de Meghan Markle se tratase, la familia del rey nunca fue demasiado cercana a la esposa del rey, quien gobierna con puño de hierro y lo ha demostrando, mandando al mismísimo Juan Carlos I a Abu Dabi.
Letizia no perdona ni a sus sobrinos
Puede resultar comprensible desde el puntos de vista de una madre el resguardar a sus hijas, pero lo de Letizia va más allá de esto, ha alejado a todo y a todos del núcleo de la realeza, dejando a Zarzuela exclusivamente para ella, Felipe VI, y sus hijas Leonor y Sofía, en parte alejando a la corrupción de la casa real, que se había vuelto un peligro latente, Felipe VI se negó a aceptar cualquier herencia de su padre, su hermana Cristina estaba involucrada en el caso Nóos, y al exiliarla de la casa real, sus hijos corrieron con la misma suerte.
Nadie se salvó, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene Urdangarin, todos recibieron la ley del hielo por parte de la reina, algo que curiosamente encajaba más para sus sobrinos rebeldes y problemáticos como lo son Victoria Federica y Froilán, hijos de la infanta Elena, a diferencia de ellos, los cuatro hijos de la infanta Cristina no tiene una imagen manchada por la polémica, por lo que se critica que paguen los platos rotos cuando no tienen culpa de los negocios de sus padres o familiares cercanos, más de uno considera “perrerías” a las acciones de Letizia, siendo, nuevamente, los más afectados los hijos de Cristina e Iñaki Urdangarin.
Letizia no traga al padre de Felipe VI, es quien ha salido más “perjudicado”
Ya hemos hablado del historial entre Letizia y el rey emérito Juan Carlos I, quienes no pueden verse el uno al otro, el constante desprecio por parte del padre de Felipe VI le habría pasado factura y habría generado una reacción en la reina, quien además, se fundamentó en el caso de corrupción que rodea a Juan Carlos I para alejarlo de la casa real, y del país, además lo castigó quitándole su asignación anual de 200.000 euros, decisiones tomadas legalmente por Felipe VI, así como la de renunciar a la herencia del rey por sus dudosos orígenes, pero con una clara influencia de Letizia detrás de todas las decisiones.
Encima de todo esto, Juan Carlos I perdió un lujoso vehículo que ocupaba exclusivamente para sus jornadas de cacería, esto no es algo necesariamente impulsado por Letizia, simplemente se consideró que la inversión era innecesaria para la casa real y el vehículo alquilado, valorado en un cuarto de millón de euros, volvió al fabricante.