Desde que el príncipe Harry dejó al descubierto en su polémico libro de memorias, 'Spare', su turbulento pasado de consumo de drogas que incluye marihuana, cocaína y hongos alucinógenos, los titulares no han dejado de arremeter contra el duque de Sussex. Sin embargo, estos reveladores detalles no solo han llenado portadas, sino que han disparado alarmas en múltiples direcciones. La Fundación Heritage, una organización conservadora en Estados Unidos, ha solicitado una minuciosa revisión sobre si el príncipe Harry obtuvo su visado de manera ilegítima, manteniendo su historial de drogas en secreto. De este modo, han iniciado un proceso judicial en su contra para tratar de revocar su visa y deportarlo de Estados Unidos, el país que se ha convertido en su hogar desde el ‘Mexgit’ en 2020.
Y aunque el príncipe Harry se ha convertido en el protagonista de una investigación por consumo de sustancias prohibidas, no es el único miembro de la realeza británica vinculado a un tema de drogas. Ahora, todas las miradas están sobre el príncipe Guillermo, el heredero al trono, quien supuestamente ha sido visto moviéndose en un ambiente poco ortodoxo, un lugar que ha desatado una ola de ansiedad y preocupación en los pasillos de Buckingham Palace. Se trata del Tune House Inn, un pub ubicado cerca de Cirencester, Gloucester, que aparentemente estaría relacionado con la venta y el tráfico ilícito de drogas como cocaína, pastillas y hachís. El tabloide 'The Sun' incluso ha llevado a cabo una investigación encubierta, y los resultados son preocupantes.
Investigación encubierta: un príncipe y un pub problemático
Hace algunos años, reporteros encubiertos afirmaron haber observado a jóvenes consumiendo sustancias ilegales en los alrededores del pub, que algunos ya han apodado como "La casa K", debido a la supuesta disponibilidad de ketamina en sus instalaciones. Incluso presenciaron a individuos esnifando cocaína y a otros inhalando pegamento de bolsas de plástico muy cerca de donde se encontraba el príncipe de Gales y su grupo de amigos. Y aunque no se ha captado a Guillermo o a su esposa, Kate Middleton, consumiendo sustancias prohibidas, se ha informado que Guy Pelly, uno de los amigos cercanos del príncipe Guillermo, fue visto con un cigarrillo de marihuana en la mano. Pelly argumentó que alguien más lo colocó allí en un intento de inculparlo para generar titulares amarillistas. Además, los periodistas captaron a Zara Phillips, hija de la princesa Ana, a su esposo Mike Tindall, y a un grupo de amigos, cuando un vendedor de drogas se acercó al exclusivo grupo y les ofreció una amplia selección de sustancias. De acuerdo a lo narrado por los reporteros del periódico, la joven y sus amigos ignoraron la propuesta y solo rociaron vinagre sobre un hombre ebrio.
Revuelo en Buckingham: ¿Inquietud por el comportamiento del futuro rey de Inglaterra?
La revelación de estos acontecimientos ha generado una gran inquietud en la Casa Real británica. Fuentes cercanas a la Familia Real, que han preferido permanecer en el anonimato, compartieron con 'The Sun': "Las implicaciones de esta investigación son sumamente serias. El príncipe de Gales (Carlos III en la actualidad) se enfurecerá al enterarse de que sus hijos están expuestos a este tipo de conductas ilegales. El simple hecho de que el futuro rey esté rodeado por este tipo de personas sería completamente inaceptable".